Marcelo Méndez fue uno de los grandes protagonistas del Clásico Platense que terminó con victoria de Estudiantes por 4 a 1. El técnico de Gimnasia hizo un gran planteo en la primera mitad y después se quedó sin respuestas para dar vuelta la historia.
De entrada nomás, Gimnasia se plantó con 4-2-3-1 que le permitió al equipo prevalecer sobre Estudiantes debido a un dispositivo táctico que neutralizó la fluidez de juego de su rival, con Castro y Garayalde en el eje medio y De Blasis yendo sobre Enzo Pérez, el Lobo consiguió abortar el juego de Estudiantes. Tan bueno fue el planteo de la primera parte que Palacios abandonó el costado para jugar como enganche y eso terminó por definir el juego a favor de Gimnasia.
Ya en la segunda parte, los goles de Estudiantes hicieron que el equipo se desmembrara por completo. Perdió la corrección mostrada en la primer parte y jugó 25 minutos muy malos, en los que le hicieron 3 y pudieron ser algunos más.
A Marcelo Méndez le faltaron variantes
Con el resultado en contra, al equipo le faltó jerarquía individual y colectiva para ponerse en partido rápidamente. Los jugadores perdieron la línea y Estudiantes lo pasó por encima, por lo que con lo abultado del resultado le fue muy difícil retomar el nivel de la primera mitad.
En entrenador cambió lo justo y necesario. Volvió al 4-3-3, mandó a Benja a jugar un rato por derecha y recién pudo conseguir el descuento para decorar el resultado sobre el final del partido.
Pese a su buen planteo inicial, a Méndez le faltó plantel para que acompañe un rendimiento que fue mejor desde el banco que dentro de la cancha.