Cuando faltan menos de dos semanas para el arranque del torneo Clausura, Gimnasia va tomando forma. Y aunque el molde del equipo parece estar definido por Alejandro Orfila (un 4-2-3-1 que aceitó en los amistosos) el deté sabe que para devolverle al equipo la efectividad ofensiva y el protagonismo necesita acertar con el centrodelantero. Y justo en ese contexto, la reaparición de Lanús como interesado en Rodrigo Castillo impacta incómodamente en la planificación.
Porque una de las primeras decisiones clave que deberá tomar el DT es la elección del ariete. En el último amistoso ante Aldosivi, el entrenador se inclinó por el venezolano Jan Hurtado, quien respondió con un gol que definió el partido. Sin embargo, su rendimiento durante el torneo Apertura genera dudas, especialmente por el contraste con las métricas de Castillo, quien es apetecido por Mauricio Pellegrino para el Grana.
Un delantero que ya dio muestras de su poderío
Una eventual salida de Castillo dejaría a Hurtado como el único referente potencial para el ataque. Y eso lo obligará a mejorar. Porque apenas jugó ocho partidos en 2025 (426 minutos) en los que no logró marcar goles ni dar asistencias. En ese pack de encuentros, el venezolano realizó 15 disparos, pero sólo 2 fueron al arco: un estándar bajo. Además, falló tres ocasiones claras.
En contrapartida, su compañero Rodrigo fue el atacante con mayor participación ofensiva: acumuló 17 encuentros y convirtió 4 goles y dio una asistencia. En el desgloce, Rodrigo remató 37 veces, de las cuales 9 tiros fueron al arco. Y aunque falló 4 chances claras, generó acciones que terminaron en un remate de Gimnasia a partir de 16 pases clave.
En cualquier caso, el objetivo de Chano -si es que el venezolano de Cantón queda como único referente de experiencia para el puesto- será que Jan recupere el vigor y la confianza que mostró en su primer ciclo en Gimnasia para que Castillo no termine inclinando la balanza a su favor.
La decisión final tendrá impacto directo en el funcionamiento ofensivo de Gimnasia. Porque el Clausura no da margen para pruebas largas. El Lobo necesita goles y puntos desde el arranque para no sufrir y aspirar a dar un salto de calidad a partir de los goles.