El colombiano entró en el segundo tiempo y tuvo una noche como la de Estudiantes, para el olvido. Le dieron la oportunidad de ingresar en un partido importante y en el momento en que las papas quemaban, terminó viendo la roja por dos faltas infantiles en el Vila Belmiro.
Ni bien ingresó a los 25 minutos del complemento vio la amarilla por una falta de atrás que podría haber evitado. Quizás enojado porque no le habían cobrado una infracción a él unos metros adelante, decidió vengarse.
Ya cuando llegaba el final, y con Estudiantes abocado al ataque, se interpuso ante Arthur Gómes para contar el contragolpe y terminó viendo la segunda amarilla, por ende la roja que lo mandaba a los vestuarios a falta de 40 segundos para que termine el partido.
En el compromiso contra Patronato había mostrado algunas cosas interesantes, y por eso volvió a ganarse un lugar en la convocatoria. Ahora, deberá volver a sumar en la consideración de Bernardi.


