La decisión de que Santiago Silva no esté solo en el área terminó dando sus frutos, con el que fue hasta ahora sin dudas el mejor partido del Tanque desde que regresó a Gimnasia. Con compañía en ataque el delantero volvió a ser el de antes.
Seis partidos había jugado Silva en este segundo ciclo en el Lobo desde que comenzó el semestre, y si bien no había podido marcar goles, no había mucho que pudiera adjudicarse a él en materia de responsabilidades, ya que el equipo no había jugado para él.
En esas seis presentaciones el delantero charrúa no había tenido más que cuatro ocasiones de gol, siendo una de ellas un remate desde mitad de cancha y otra el penal que desperdició en el debut por Copa Argentina frente a Sportivo Belgrano.
¿QUÉ CAMBIÓ?
Pedro Troglio decidió que en Paraná frente a Patronato el uruguayo esté acompañado por otro uruguayo como lo es Mauro Guevgeozián, y la dupla de ataque funcionó de buena manera durante los primeros 45 minutos de juego.
Los dos experimentados delanteros se complementaron bien dentro del área, generando espacios el uno para el otro saliendo ocasionalmente del área o tirándose momentáneamente a los costados para abrir a la defensa del equipo local.
Claro está que la única clave para el juego Tripero no estuvo solamente en el ataque, sino que todo el equipo tuvo un buen desempeño, probablemente el mejor en lo que va de este tercer ciclo de Troglio al mando del primer equipo.
Ya en la segunda mitad, con el Lobo relegado esperando para soportar los posibles embates del Patrón, que nunca lo complicaron demasiado, no se conectaron tanto. Finalmente Guevgeozián salió reemplazado a quince minutos del final.