Un partido marcado y desvirtuado por las polémicas. Sí, porque desde que comenzó el segundo tiempo Nazareno Arasa, y su par José Carreras desde el VAR, tomaron todo el protagonismo del partido. Primero, no revisando la posible infracción sobre Rodríguez en el gol del empate de Barracas y luego anulando el 2-1 de Palacios por un supuesto offside.
Aunque con algunas imprecisiones e inseguridades, Estudiantes fue poco a poco adueñándose del partido y tomando el protagonismo del mismo. Durante la primera mitad fue mejor que el equipo del Gallego Insúa y le puso el broche de oro con un golazo de Guido Carrillo para cortar una sequía goleadora de 70 días.
Sin embargo, el complemento comenzó con el polémico empate de la visita y, a partir de allí, el desarrollo del juego se tornó más friccionado y luchado. El Pincha, visiblemente alterado y descontento con los fallos arbitrales, jugó tensionado y buscando volver a mandar en el marcador, más por el desahogo que por los tres puntos en sí.
Así llegaron los goles de Palacios y Cetré, ambos anulados por offside. El primero con un trazado de líneas que dejó más dudas que certezas y el segundo correctamente sancionado. A raíz de esas jugadas el Guapo se terminó por replegar en el fondo y fue todo de Estudiantes, que hizo méritos suficientes para llevar el partido.
En líneas generales el equipo de Eduardo Domínguez fue ampliamente superior a Barracas pero no pudo con Arasa y Carreras en el VAR. Jugadas muy finas que se definieron siempre a favor de la visita y que privaron a Estudiantes de volver a sumar de a tres en su casa.