El descenso de 1994 fue un golpe muy duro para Estudiantes. La situación económica de la institución era lamentable y una generación de futbolistas surgidos en el club pagó con un descenso futbolístico que lo anticipó el descenso institucional.
Aquel 21 de agosto de 1994, tras el empate con Lanús, se empezó a gestar un cambio en el Pincha. La temporada 1994-1995 en el Campeonato Nacional B llevó a que Miguel Ángel Russo y Eduardo Luján Manera volvieran a reencontrarse con el club de sus amores.
Dos futbolistas que alcanzaron la gloria en Estudiantes, en diferentes etapas, se unieron como dupla técnica para devolver el prestigio al club al cual amaban y que querían ver nuevamente en primera. Russo se sumó después de dirigir a Lanús y Manera lo hizo acompañándolo, como anteriormente lo había hecho con Carlos Salvador Bilardo, a quien luego reemplazo en 1983, logrado un nuevo título en la institución.
En diálogo con CIELOSPORTS, Miguel Ángel Russo recordó que por entonces, con 38 años, se apoyó mucho en el conocimiento que tenía Eduardo Luján Manera (50) no solo del puesto sino también del club.
“Eduardo era la cabeza. En ese momento fue la cabeza y el mentor organizativo. Dijo tal en los números, y dio vuelta la mesa y acomodó un club. Estudiantes tenía una Comisión Directiva y él creía que tenía que tener otra gente”, empezó destacando Russo.
Y agregó: “la brillantes que tuvo en el comienzo nos permitió lo que vino después y por eso lo valoro muchísimo, más allá de todo lo que me dio y significa en mi vida porque fue un formador para mí y como un padre”.
“Eduardo era la cabeza. En ese momento fue la cabeza y el mentor organizativo. Dijo tal en los números, y dio vuelta la mesa y acomodó un club. Estudiantes tenía una Comisión Directiva y él creía que tenía que tener otra gente”, Miguel Russo sobre Eduardo Manera.
Manera fue más que un entrenador en ese momento de Estudiantes y así lo asegura Russo: “fue muy clave y muy lúcido en ese momento más crítico del club. El junto a las cabezas y todo empezó a funcionar de toda manera. A mí me llena de admiración porque lo viví y lo he vivido”.
Miguel Ángel Russo fue dirigido por Eduardo Luján Manera, quien anteriormente había sido ayudante de campo de Carlos Salvador Bilardo. Al recordar aquella etapa, Russo destacó que “Eduardo era ayudante de Carlos (Bilardo). Siempre estaba ligado a Estudiantes. Después fue entrenador del equipo que ganó el título en 1983. Siempre tuvimos afinidad. Fue uno de los primeros que consulté para tirarme como entrenador y que junto a Carlos me acompañaron y enseñaron para ser lo que soy y donde estoy hoy”.
La relación entre Russo y Manera fue muy especial. Uno de los peores momentos que vivió, el ahora entrenador de Boca, se dio cuando jugaba en Estudiantes y Carlos Salvador Bilardo lo dejó afuera del Mundial. Allí estuvo Eduardo Manera. “Cuando Carlos me deja afuera del Mundial, sigo en Estudiantes. Eduardo me hablaba de muchas cosas y de situaciones de vida. Perderme de ir a un Mundial es uno de los momentos más difíciles para un jugador. Eduardo me levantó y me puso de pie y después pude seguir jugando dos años más”, rememoró el propio Russo.