La foto explotó. Lionel Messi y Charly García, cara a cara, en un retrato que ya quedó en la historia grande de este país. ¿Cómo no? Dos cracks distintos, dos genios totales que representan al fútbol y a la música argentina como nadie. Ambas cosas, un verdadero arte. Y que ahora, por esas casualidades mágicas que tiene la vida, se cruzaron en el Monumental.
Lo que parece una postal improvisada tuvo toda una movida detrás. Porque Charly quería ver a la Selección Argentina. Quería estar. Tener cerca a los campeones del mundo. Y a Leo. Y en AFA se pusieron la cinta para que el músico pudiera cumplir ese deseo.
El ídolo llegó en silla de ruedas –como ocurre desde 2020, cuando sufrió un accidente doméstico que le afectó la cadera– y con un operativo especial para que disfrutara de la Scaloneta con la comodidad que merece. El lugar elegido: las mesas del restó Banda, con vista al campo de juego del Monumental. Ahí vibró con los dos goles de Messi y con el show final de luces y fuegos.
Charly, Messi y su encuentro íntimo
Pero la historia tenía un segundo tiempo reservado. Terminó la función, los jugadores se bañaron y entonces apareció el momento esperado: Messi lo recibió en la intimidad del vestuario. El 10 de la pelota y el 10 del rock frente a frente en un encuentro íntimo y muy emotivo del que además participaron Rodrigo De Paul, Alexis Mac Allister y Claudio Tapia.
Charly García disfrutó, saludó y se iba a ir cuando se dio el bonus track: en el estacionamiento, otra vez frente a frente con Messi y Antonela Roccuzzo. Y ahí tiró la frase que hizo temblar de emoción: “Que Dios te bendiga”. Con esas cuatro palabras, Charly resumió lo que sentimos todos.