Su físico impone respeto. Casi dos metros, buena caja y la fortaleza de un pibe de 24 años. Su carta de presentación fue muy buena: venía de ser campeón con Patronato en Copa Argentina y llegaba a un equipo que necesitaba fortalecer la defensa y entregar un plus, algo que él, como buen pibe le podía dar.
Llegó a Estudiantes en el verano de 2023 y su primera presentación no fue nada mala. Aún con Balbo sentado en el banco, metió un tremendo cabezazo en la victoria 3 a 1 ante Independiente Chvilcoy en el inicio de un camino que terminaría con gloria para el posterior equipo de Eduardo Domínguez.
Tras consagrarse bicampeón de Copa Argentina, Juan Cruz Guasone, el chico de la película, decidió salir. Jugaba poco y nada en un equipo en el que Zaid Romero y Santiago Núñez eran inamovibles. Y cuando faltaban aparecía la experiencia de Luciano Lollo… por eso, casi sin chances, fue a probar suerte a Sarmiento.
Junín, Italia y un regreso para volver a salir
El inicio de 2024 encontró a Guasone en Junín. No jugó tanto y tras cumplir su contrato salió una chance para jugar en el exterior.
Salernitana, equipo de la Serie B de Italia, le abrió sus puertas para intentar sumar minutos y dejar atrás las experiencias de Estudiantes y Sarmiento.
Hoy, el jugador está otra vez en el Pincha. Hace algunos días comenzó a entrenarse en City Bell con la esperanza de que Domínguez le dé una chance más, cosa que no sucedió: ni si quiera integra el grupo principal y se entrena en contraturno con un PF puesto por el club.
Lejos de guardar rencor o buscar generar una salida conflictiva, Guasone está enfocado en trabajar día a día para mejorar y volver a salir a préstamo, algo que ya está hablado con el club y en lo que se enfoca su representante.