Cuando la vida de Francisco Carlos Olázar se apagó en septiembre de 1958 a los 74 años, pocos eran conscientes del legado que su historia le iba a dejar a la Selección Argentina. Este quilmeño nacido en 1885 fue amo y señor del mediocampo de Racing en los años que la catarata de títulos y campeonatos obtenidos le dieron el mote de “La Academia” y su impactante carrera le abrió las puertas del combinado nacional.
Fue allí, en medio de la historia grande del primer campeón del Mundo nacional, donde comenzó a forjarse la historia del hombre que llevó a la Selección Argentina a su primera Copa del Mundo mucho antes que Menotti, Bilardo, Sabella y ahora Scaloni en el Mundial Qatar 2022.
Olázar le brindó sus mejores años a Racing coronándose en el plano local e internacional sin pausa entre 1912 y 1921 donde cosechó 19 títulos ( 4 Copas de Honor Municipalidad de Buenos Aires, 8 torneos de Primera, 4 Copas Ibarguren, 1 Copa de Honor Cousenier y 2 Copas Rioplatenses Dr Ricardo Aldao). Siendo símbolo y capitán del plantel, se transformó en un auténtico referente para sus compañeros y para el fútbol argentino de la época.
Ese hecho fue el que llevó a los dirigentes de la época a premiar a Olázar dándole el mando de la Selección Argentina donde el éxito deportivo no lo abandonó. Con apenas 27 años de edad y junto a Juan José Tramutola, quien también era conocido como “Pancho” o “Tute” le dio a la Selección su cuarta Copa América en 1929 y el arribo a la primera final mundialista en el Inaugural Uruguay 1930.
Aquel 30 de julio en el Estadio Centenario de Montevideo, cuando Argentina encaraba su primera final mundialista, Olázar plantó un 2-3-5 con Juan Botasso en el arco; José Della Torre y Fernando Paternoster; Juan Evaristo, Luis Monti y Pedro Suárez; Carlos Peucelle, Francisco Varrallo, Guillermo Stábile, Manuel Ferreira y Mario Evaristo. La gloria le pasó cerca, después de remontar el 1 a 0 inicial en apenas unos minutos, su equipo temrinó cayendo 4 a 2.
A días de que la Argentina encare su sexta final del mundo la historia de Olázar merece ser puesta en valor ya que para quienes estudiaron a fondo la historia del fútbol argentino lo definen como uno de los mejores volantes centrales de la historia además de uno de los más goleadores (marcó 37 goles) y de mayor ascendencia positiva sobre sus compañeros. Falleció en Lomas de Zamora y su nombre merece una reivindicación histórica.


