Enrique Bologna logró dos cosas en la noche del Bosque. La más importante fue que no le marcaran goles, la otra no menos relevante, generar seguridad en los hinchas que lo aplaudieron toda la noche.
En el segundo tiempo tuvo tres intervenciones claves, con el equipo con uno menos, dejando espacios para la contra y jugado en el ataque. Fue el complemento de una línea defensiva que sacó todo lo que pudo.
Cuando la defensa se vio sobrepasada, entró en acción para brindar seguridad. Concentrado todo el partido nunca perdió de vista ningún movimiento del rival. Tuvo su noche la cual necesitaba él pero también el equipo.

