Lucas Alario debió esperar demasiado. Mil cuarenta y seis minutos. Muchísimo tiempo. Pero logró volver a convertir con la camiseta de Estudiantes. Con un bonus track inolvidable: sus dos goles ante Platense terminaron dándole la victoria y el título al equipo.
“Es increíble. Tengo felicidad. Todo se dio. Nos hicieron un gol arrancando el segundo tiempo, sentimos el golpe pero dimos muestra del carácter. De no bajar los brazos. En lo eprsonal me tocó a mí, ayudar al equipo, pero esto no es nada sin el grupo. La calidad humana que demostramos en todo el año. Hubo momentos difíciles pero tuvimos personalidad”, dijo.
¿Si sufriendo Estudiantes se agarra de la épica? “Tiene un disfrute distinto ganar así, como la final pasada. Ahora toca disfrutar y pensar en descansar, las vacaciones y pensar lo que viene”, planteó, sin ir más allá de diciembre ni profundizar sobre su futuro.
En lo personal, Alario recalcó que “es complicado cuando el gol no llega” para los delanteros, porque a los 9 “se les exige que hagan goles” aun cuando “este es un fútbol más moderno”. Sin embargo, su secreto para sobrellevar la sequía fue simple: “Tener tranquilidad y el trabajo, el no volverse loco y tener la humildad y la educación, de saber esperar y aportar desde otro lado”.
Además, Alario puntualizó cómo convivió con las críticas. “A uno le llegan, lo golpean, somos seres humanos. Convivimos con una sociedad pasional y en un fútbol que es así. Pero por mi personalidad, me fortalece. Fue un premio a todo eso”.

