El vicepresidente de CARBAP, Hernán Silva, lanzó un mensaje con destinatarios claros: la Nación, la Provincia y los municipios. Con tono de advertencia y mirando el calendario electoral, planteó que el campo enfrenta serias dificultades por la falta de inversión en infraestructura, lo que constituye –a su juicio– una de las principales deudas de la política.
Entrevistado en el ciclo Buenos Aires Elige, de INFOCIELO PLAY, Silva señaló que producir en un contexto sin inflación obliga a mejorar procesos y transparenta problemas financieros que antes quedaban enmascarados, pero advirtió que lo más grave pasa por el deterioro estructural: “Existe un divorcio muy grande entre lo que se necesita para producir y la falta de puertos, caminos e infraestructura para conducir esa producción”, un reclamo bastante parecido al que elevaron en el mismo ciclo los industriales bonaerenses.
Muchos de los problemas que enfrenta el campo, agregó, se reflejan en la emergencia agropecuaria que atraviesa a varios partidos, consecuencia directa de la falta de inversión. “Esa desinversión hace que pequeños problemas tengan un impacto mucho mayor, como la alteración profunda de caminos por cualquier lluvia debido a la falta de reparación durante 30 años”, cuestionó.
Caminos rurales, ese eterno reclamo
La provincia de Buenos Aires cuenta con alrededor de 120 mil kilómetros de caminos rurales, pero gran parte de ellos están en mal estado. Para el dirigente ruralista, si bien hubo programas que intentaron dar respuestas –como los llamados “primeros 5 km”–, el avance productivo de los últimos años desbordó cualquier política parcial: las cosechas se duplicaron o triplicaron, las maquinarias crecieron en tamaño, pero los caminos siguen siendo prácticamente los mismos de hace 150 años.
“El sector es un gran contribuyente que paga mucho y recibe poco en servicios”, afirmó, recordando que los más de 165 mil millones de pesos recaudados en tasas de guía para mantenimiento terminan en rentas generales, sin llegar a los caminos que deberían sostener la producción.
Para Silva, la falta de infraestructura no distingue banderías políticas ni encuentra refugio en la “grieta”: es un problema que atraviesa a todos los gobiernos por igual. La falta de mantenimiento hace que cualquier lluvia altere gravemente los caminos, lo que refleja décadas de desinversión.
En algunos distritos, explicó, son los propios productores quienes se ocupan de reparar lo que el Estado no hace, mediante convenios con municipios o sociedades rurales. Lo mencionó con ejemplos: Magdalena, que avanza con la Sociedad Rural, o Tandil, donde la modalidad funciona desde hace 30 años. Para el ruralista, más que un logro, se trata de una resignación obligada.
La situación se vuelve aún más crítica en zonas como La Plata, donde el cinturón hortícola requiere caminos en condiciones todos los días del año para sacar verduras y flores. Allí, el recurso disponible nunca alcanza frente a la magnitud de la demanda. “La Argentina vive en un péndulo absoluto, pasando de un Estado que no existe a un Estado omnipotente, cuando en el mundo este tipo de cosas se manejan con matices y atendiendo las realidades de cada zona”, cuestionó.
Producir más y con mejor calidad
El dirigente también insistió en que no se trata solo de producir más, sino de avanzar en la calidad de los alimentos. “Es fundamental avanzar en la calidad de los productos del campo, pensando que el gran consumidor es la población propia, que merece el mercado de excelencia y no consumir un producto de otra calidad”, sostuvo.
Con 40 años de experiencia en el Estado, incluidos varios como director de Ganadería bonaerense, Silva se definió como un “cuadro técnico” y buscó reforzar que sus palabras no son solo una opinión sectorial, sino la voz de alguien que conoce tanto la lógica de la producción como la de la gestión.
“Al campo le exigen mucho, paga mucho y produce cada vez más, pero lo que falta es que alguien devuelva en infraestructura lo que corresponde: caminos, rutas y puertos. Sin eso, todo lo demás se queda en discursos”, cerró en tono de reflexión.