Cada verano, Mar del Plata y la Costa Atlántica bonaerense en general reciben miles de turistas de todo el país para deleitarlos con sus paisajes, gastronomía y actividades culturales. Si sos uno de ellos y vas a ir por la Ruta 2 en auto y querés hacer un descanso, te contamos sobre algunas paradas que no te podés perder camino a “La Feliz”.
5 paradas increíbles sobre la Ruta 2 camino a Mar del Plata
La Matera de Lezama
Desde hace 17 años, este clásico de la ciudad de Lezama asegura brindar los mejores sándwiches de la Ruta 2, elaborados a base de productores regionales. Situado en el kilómetro 157, La Matera se trata de un pequeño negocio que también ofrece jamones, salames, longanizas, chorizos secos, salames criollos, todos productos famosos de Roque Pérez, que tiene gran reconocimiento regional por los buenos embutidos que producen.
Además, trabajan salames de cerdo puro de Córdoba y quesos de un campo de Pila, un pueblo a 30 kilómetros de Lezama. Se pueden degustar sándwiches de salame, fiambre, milanesa y también hay opciones vegetarianas.
El Castillo de Felicitas Guerrero
Esta imponente construcción de estilo francés se encuentra en el partido de Castelli, precisamente en el kilómetro 168 de la Ruta 2. El Castillo de Felicitas Guerrero, o también conocido como “Estancia La Raquel”, fue construido en 1894 y cuenta con un enorme parque de 80 hectáreas.
En este magnifico castillo trascurrió la historia de Felicitas Guerrero, una joven millonaria cuya vida terminó en tragedia. Los secretos de Felicitas pueden conocerse a través de una visita guiada, que puede realizarse con reserva previa mediante WhatsApp al número 1176136158. Actualmente, en el sitio se brinda días de campo donde se podrá degustar comida regional y también se realizan eventos sociales como corporativos.
Ama Gozua
Ama Gozua es un tradicional bodegón de pueblo situado en el kilómetro 274 de la Ruta 2, a la altura del partido de Maipú. Desde su fundación, se convirtió en una joya de gastronomía rutera bonaerense, destacándose con platos como “El Matrimonio”, compuesto por chorizo y morcilla con papas fritas y huevos fritos; su lomo de cerdo acompañado por papas y huevos fritos; y los tradicionales ravioles caseros.
El local tuvo que cerrar sus puertas durante tres años, ya que no pudo sostenerse por las restricciones de la pandemia. Sin embargo, reabrió gracias a Favio Garri, un empresario y fiel cliente de Ama Gozua, que apostó por este clásico de Ruta 2.
Gándara
Aunque muchos consideran que se trata de un pueblo fantasma, Gándara aún tiene mucho por ofrecer. Se encuentra a tan solo 20 kilómetros de Chascomús y fue uno de los polos productivos más importantes de la provincia, sobre todo gracias a su fábrica de productos lácteos que durante la década de los 80 eran una parada obligatoria para los turistas que podían disfrutar de manera gratuita muestras de dulce de leche o yogurt.
A pesar de que la empresa quebró y muchos de sus habitantes abandonaron la localidad, Gándara sigue siendo un atractivo para los viajeros. Durante los fines de semana y las vacaciones, ciclistas, motoqueros, grupos acompañados por guías turísticos y hasta youtubers e influencers amantes de los pueblos abandonados se acercan a visitar la fábrica, el emblemático monasterio y la bellísima estación de trenes que se mantiene bien conservada.
Atalaya
Nadie puede negar que Atalaya es una parada obligatoria cada vez que se viaja a Mar del Plata. Con sus deliciosas medialunas, este parador se convirtió en un clásico de la Ruta 2. Fue fundado en 1942 y se ubica en Chascomús, donde surgió como una empresa familiar dedicada a la elaboración artesanal de sus productos, y en la actualidad cuenta con varios puntos de venta en la provincia de Buenos Aires.
Allí se podrá adquirir deliciosos productos como alfajores, conitos, facturas, mermeladas y dulce de leche. También es un lugar ideal para desayunar o almorzar, ya que ofrecen servicio de cafetería y una amplia variedad de platos salados.