Como cada 22 de septiembre, este miércoles se conmemora en distintas partes del mundo el Día Mundial sin Auto para fomentar ciudades libres del ruido, el estrés y la contaminación que genera el uso de estos vehículos.
La fecha fue elegida para coincidir con la Semana de la Movilidad patrocinada por la Unión Europea y tiene su antecedente en la crisis del petróleo de la década de 1970. Fue en ciudades de Islandia, Francia y el Reino Unido donde comenzó a aplicarse por primera vez en los 90.
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Este año, desde la asociación civil Luchemos por la Vida reflexionaron acerca de cómo la pandemia de coronavirus generó cambios sustanciales en este sentido.
“Curiosamente, el año pasado, en gran parte del planeta, debido a la sorpresiva y trágica pandemia del Covid 19, se suspendieron por semanas o durante meses la mayoría de las actividades y se limitaron los traslados en y entre ciudades, provincias y países”, remarcaron.
“Algo tan terrible tuvo una consecuencia positiva, que sorprendió a los habitantes de las ciudades. La experiencia de vivenciar una ciudad casi sin autos, donde fue posible escuchar el silencio o el canto de los pájaros en medio de la jaula de cemento”, agregaron.
Además, desde el organismo reflexionaron: “El peligro del contagio y las restricciones para el uso del transporte público los obligó a caminar para hacer las compras en lugar de usar el coche. Muchas personas descubrieron que caminar o usar la bicicleta era algo posible y agradable”.
“Disfrutar de la ciudad sin congestiones, con menos ruidos y polución y menos siniestros de tránsito ha sorprendido tanto que muchos se preguntaron, por primera vez, si no llegó el momento de incorporar estos beneficios en forma permanente”, añadieron.
Esto se vincula con el nuevo paradigma de la movilidad sostenible, enmarcada en un nuevo concepto de ciudades más habitables, seguras, saludables y amigables. Por eso entidades ecologistas y de tránsito recomiendan caminar y usar la bicicleta en lugar de subirse al coche, “para respirar aire puro, para mejorar la salud cardiovascular y el estado de ánimo, para disfrutar de la ciudad y sus espacios verdes”.
A raíz de esto, le piden a los gobernantes la generación de zonas peatonales, vías de circulación seguras para peatones y ciclistas, medios de transporte público eficientes, reducción de las velocidades máximas de circulación, la construcción de ciclovías y bicisendas, entre otras medidas de incentivo a la movilidad activa.
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