El impacto de la baja natalidad en Argentina ya se siente en los institutos privados: menos niños en las aulas, cambios en el financiamiento y un futuro incierto.
La educación privada en Argentina atraviesa un fenómeno sin precedentes: la disminución de la tasa de natalidad ha provocado una caída sostenida en la matrícula de los jardines de infantes y escuelas primarias. Según un informe de la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada Argentina (AIEPA), la cantidad de alumnos por curso en los jardines de infantes cayó un 18,2% en los últimos 15 años, reflejando un problema estructural que va más allá del ámbito educativo.
Los datos son contundentes: en el año 2000, la tasa de natalidad en el país era de 19 nacimientos por cada 1.000 habitantes, mientras que en 2022 bajó a 11 nacimientos por cada 1.000 habitantes. Este descenso progresivo afecta directamente a la cantidad de niños en edad escolar, lo que se traduce en una reducción en la cantidad de alumnos matriculados, especialmente en el nivel inicial.
Cómo afecta la baja natalidad a la educación privada
Martín Zurita, secretario ejecutivo de AIEPA, advirtió sobre el impacto que este fenómeno ya está generando en el sistema educativo:
“La caída sostenida de la tasa de natalidad en Argentina en las últimas dos décadas ya tiene -y sobre todo tendrá- un impacto significativo en el sistema educativo. El fenómeno es transversal a todo el país. Cada vez nacen menos chicos y el sistema escolar enfrenta un descenso de matrícula que plantea tanto desafíos como oportunidades.”
Según la entidad, que agrupa a más de 2.300 instituciones privadas en la provincia de Buenos Aires y miles más en todo el país, la matrícula en el nivel inicial sufrió un fuerte golpe durante la pandemia y aún no logró recuperarse.
En 2011, el promedio de alumnos por sala en jardines de infantes era de 23 niños, mientras que hoy es de 18,8 por sección, lo que representa una caída del 18,2% en menos de tres lustros.
En la educación primaria, la tendencia también es clara. En 2023, ingresaron 102.000 alumnos menos a primer grado en comparación con 2011, lo que representa una disminución del 12,6% en la matrícula general.
Sin embargo, el impacto es mayor en el sector estatal, donde la reducción llega al 15%, mientras que en las escuelas privadas la caída es del 6%.
Desafíos y oportunidades en el sistema educativo
La baja natalidad implica retos importantes para la educación privada. Una de las principales preocupaciones es la normativa que exige un número mínimo de alumnos para que las instituciones puedan acceder a los aportes estatales. Con menos alumnos pero la misma cantidad de cursos y cargos docentes, el modelo actual de financiamiento se vuelve insostenible.
Zurita explicó:
“Necesitamos revisar la normativa que requiere un número determinado de estudiantes para conservar el aporte estatal. Hoy en día tenemos menos alumnos, pero igual cantidad de cursos y cargos. Esto afecta la viabilidad de muchas instituciones privadas.”
Además del financiamiento, otro aspecto clave es la reestructuración del sistema educativo. Aunque la caída en la matrícula es un desafío, también podría representar una oportunidad para mejorar la calidad de la enseñanza. Con aulas menos pobladas, los docentes podrían brindar una atención más personalizada a los alumnos, lo que permitiría mejorar los resultados de aprendizaje.
Las proyecciones no son alentadoras
El Observatorio de Argentinos por la Educación analizó la caída de la natalidad en todo el país y proyectó que la matrícula en educación primaria descenderá un 28% en los próximos años.
Las provincias con mayor reducción en el número de nacimientos entre 2014 y 2022 fueron:
Tierra del Fuego: caída del 49%
Jujuy y CABA: caída del 44%
Mendoza y Buenos Aires: caída del 38%
Si la tendencia continúa, el sistema educativo deberá adaptarse rápidamente para evitar el cierre de instituciones y garantizar la sostenibilidad de los establecimientos existentes.
Un momento clave para transformar la educación
AIEPA insiste en que esta crisis es una oportunidad para repensar la educación en Argentina. La clave, según la entidad, será una reforma en el modelo de financiamiento y un mayor enfoque en la calidad educativa.
Las autoridades educativas deberán revisar la reglamentación vigente para que las escuelas puedan sostener su estructura y mejorar sus servicios, con un enfoque en la formación de calidad y la optimización de los recursos disponibles.
El descenso de la natalidad ya está redefiniendo la educación en el país. La pregunta es: ¿está el sistema preparado para enfrentar este nuevo escenario?