El vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció cambios en las conferencias de prensa de la Casa Rosada que ponen en duda el compromiso del gobierno libertario con la libertad de expresión. Entre las medidas en estudio se incluyen un sistema de votación para que “la gente” decida qué periodistas pueden formular preguntas y la incorporación de un “botón muteador” para silenciar a los acreditados. Estas iniciativas no parecen buscar mayor transparencia, sino controlar el discurso y evitar cuestionamientos incómodos.
Según señaló Adorni, la resolución que establecería estas nuevas reglas sería publicada a principios de abril y marcaría un giro en la relación entre el Gobierno y la prensa, que ya de por sí es bastante tensa. “Estamos pensando en un esquema donde los periodistas puedan ser elegidos por la gente, que elijan quiénes estén y quiénes no”, sostuvo el portavoz. La medida apunta a modificar el actual sistema de sorteo que determina qué periodistas pueden preguntar y reemplazándolo por una votación que abre la puerta a una manipulación por parte del oficialismo.
Adorni, en contra de las repreguntas
Además, Adorni confirmó que está evaluando modificar el atril desde donde responde preguntas y establecer un protocolo de vestimenta para los acreditados, que incluiría la obligación de que los hombres usen saco y corbata. Sobre el atuendo de las mujeres, aún no hay precisiones. Estas modificaciones no solo imponen restricciones arbitrarias, sino que refuerzan una visión retrógrada del ejercicio periodístico en Casa de Gobierno.
“Estoy buscando un esquema donde la gente pueda decidir quién se va y quién se queda, como un Gran Hermano periodístico”, ironizó Adorni, riéndose solo y minimizando el impacto que estas medidas podrían tener sobre el ejercicio del periodismo. En la misma línea , justificó el “botón muteador” bajo el argumento de evitar que los periodistas “arranquen el micrófono de la mano” de los empleados de Casa Rosada, deslegitimando así el derecho a la repregunta, una herramienta fundamental para el ejercicio del periodismo crítico.
Durante la conferencia, en un intercambio con una periodista presente, Adorni comentó: “Leí la nota y por ahí tomo lo del botón muteador cuando se exceden un poco, sobre todo cuando no quieren devolver el micrófono al pobre hombre que está ahí. No lo vería mal sinceramente”, dijo. Ante la repregunta de la periodista sobre esta modalidad, arremetió: “¿Ves? Ahora te mutearía por ejemplo; y de hecho te hubiese muteado no sabés cuántas veces, a vos y tantos otros. Es bizarra esta charla, pero vamos a tener el debate. Me parece divertido tener un botón para cuando se exceden en las repreguntas”.
La saña del Gobierno contra la prensa
El discurso del vocero presidencial choca con los principios de libertad de prensa que el propio gobierno de Javier Milei dice defender. En diciembre de 2024, el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) registró 56 ataques del presidente contra periodistas y medios, lo que representó el 32,37% del total de agresiones documentadas. Si se suman las realizadas por otros funcionarios del Gobierno, ese porcentaje asciende al 38,15%. Según FOPEA, el 44,51% de estos ataques correspondieron a discursos estigmatizantes que afectaron la reputación de periodistas y medios.
Bajo la premisa de la transparencia, el oficialismo propone mecanismos que limitan el acceso a la información y favorecen la censura. En lugar de promover el debate y el escrutinio público, el Gobierno busca consolidar un modelo de comunicación que premie a quienes le son funcionales y silencie a quienes formulan preguntas incómodas. Así, la libertad de expresión, que en campaña se presentó como una bandera, parece convertirse en una amenaza cuando no se ajusta a los intereses del poder.

