A partir de mayo, comenzará a regir un nuevo esquema de actualización para las tarifas de luz y gas que marcará el rumbo de los próximos cinco años. Con aumentos iniciales de entre el 2,5% y el 3% en las facturas finales, el Gobierno se apresta a implementar la Revisión Quinquenal Tarifaria (RQT), un mecanismo reclamado durante años por las empresas distribuidoras para actualizar sus costos operativos y brindar previsibilidad al sistema energético.
“Los entes (ENRE y ENARGAS) están trabajando para sacar las resoluciones con los cuadros tarifarios mañana”, afirmaron desde la Secretaría de Energía al medio El Destape, donde también detallaron que los incrementos previstos para mayo se ubicarán “por debajo de la inflación”. La cartera que encabeza María Tettamanti confirmó que estos aumentos ya estarán enmarcados en el nuevo régimen tarifario, cuya publicación se espera para este miércoles.
La implementación de la RQT había sido debatida en audiencias públicas celebradas en febrero, donde se resolvió su aplicación entre marzo y abril. Sin embargo, la demora en la publicación generó incertidumbre. Incluso el ENARGAS había pospuesto hace pocos días su aplicación en el sector gasífero por 60 días, lo que reavivó dudas sobre la voluntad del Ejecutivo de avanzar con un esquema de aumentos sostenidos en plena coyuntura electoral. Con la oficialización inminente de los cuadros tarifarios, desde Energía buscan despejar esos interrogantes.
Tras el ajuste inicial de mayo, las tarifas de luz y gas se actualizarán mensualmente mediante una fórmula polinómica que tomará como referencia la inflación minorista y mayorista publicada por el Indec. Según detallaron desde la Secretaría de Energía, estos incrementos estarán “cuotificados en largas cuotas”, con el objetivo de “morigerar el impacto en las tarifas”. Esta decisión podría, no obstante, generar nuevas tensiones con las empresas del sector si se percibe un desfasaje entre los aumentos autorizados y la evolución de sus costos.
Cómo se aplicarán los nuevos ajustes
La principal novedad del nuevo esquema es que elimina la discrecionalidad del Poder Ejecutivo en el establecimiento de tarifas, al fijar un mecanismo automático de actualización por los próximos cinco años. “Lo que va a dar mucha previsibilidad tanto al usuario como a las empresas”, remarcaron fuentes oficiales. Resta por ver si esa previsibilidad también implicará subas superiores a la inflación, como ya ocurrió en el transporte público del AMBA.
Cabe aclarar que la RQT se aplica únicamente a los tramos de transporte y distribución de electricidad y gas, y excluye al segmento de generación mayorista, que continuará bajo potestad del Ministerio de Economía. Allí, los aumentos seguirán siendo mensuales por el momento, con la intención de migrar hacia una actualización trimestral en el mediano plazo, tal como establece la normativa vigente.
Por último, la nueva revisión tarifaria afecta a las empresas reguladas por los entes nacionales: en el caso de la electricidad, a Edenor, Edesur y las transportistas del sistema; en el del gas, a todo el país. Esta reconfiguración se inscribe en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que promueve una quita progresiva de subsidios y una liberalización del mercado energético, en un contexto de dólar más volátil y costos dolarizados. El nuevo esquema busca así garantizar rentabilidad empresarial y cobertura ante los vaivenes del mercado.