La mesa bonaerense del PRO tuvo su primera cumbre presencial del año bajo la premisa de bosquejar la estrategia de cara al año electoral que se avecina. Hasta Olavarría, llegaron las principales figuras del espacio político opositor que buscan competir por la gobernación y el núcleo duro de los intendentes que gobiernan distritos claves en la provincia de Buenos Aires.
El escenario del mitin fue el complejo hotelero y de cabañas “Rincón Soñado” emplazado en Sierras Bayas, una localidad históricamente vinculada a la minería a la que el municipio intenta reposicionar como destino turístico. Allí los esperaba el intendente anfitrión, Ezequiel Galli, único alcalde que la fuerza posee en la séptima sección electoral.
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Pasadas las 12:00 comenzaron a desfilar una veintena de referentes políticos con la llamativa ausencia de dirigentes mujeres (estaba prevista la llegada de la intendenta de Vicente López, Soledad Martínez pero finalmente no pudo asistir).
Una vieja locomotora y vagones de tren reconvertidos en un espacio gastronómico sorprendieron a los visitantes junto a hermoso paisaje serrano. El último en llegar fue Diego Santilli, quien arribó casi una hora más tarde.
Asado de por medio y con la polémica de los datos censales de La Matanza como foco coyuntural de las preocupaciones, los dirigentes debatieron durante dos horas e intentaron sentar las bases para ordenar la interna amarilla.
El discurso público no se movió del llamado a la unidad y de los puntos comunes entre los candidatos. “Nos vamos a poner de acuerdo y no son discusiones que provoquen grietas enormes” afirmó Néstor Grindetti, uno de los anotados en la carrera PRO por el sillón de Dardo Rocha, quien prefirió hablar de diferencias en las “tácticas” electorales. Junto al senador Alejandro Ravinovich y el intendente de Olavarría, Ezequiel Galli, fueron los voceros del encuentro para el diálogo con los medios presentes, entre los que estuvo INFOCIELO.
En la práctica, los principales aspirantes a las candidaturas consiguieron más tiempo para continuar con sus campañas y se dejó entrever un posible llamado a “una mesa entre los cuatro postulantes” donde se tomen definiciones y mecanismos de “compensación”.
La Mesa de Pro bonaerense con asistencia “casi perfecta “
Fueron de la partida el titular del PRO bonaerense, Jorge Macri, los diputados nacionales y precandiatos a la gobernación provincial Diego Santilli y Cristian Ritondo. También participaron los intendentes Julio Garro (La Plata), Néstor Grindetti (Lanús) Diego Valenzuela (Tres de Febrero), Pablo Petreca (Junín), Héctor Gay (Bahía Blanca) Guillermo Montenegro (General Pueyrredón), Javier Martínez (Pergamino) Javier Iguacel (Capitán Sarmiento) – reemplazó al diputado Gerardo Milman- y Ezequiel Galli (Olavarría).
También se anotaron al convite los legisladores Alex Campbell, Adrián Urreli, Christian Gribaudo y Alejandro Ravinovich. Completaron los exintendentes Martiniano Molina (Quilmes) y Ramiro Tagliaferro (Morón), en representación de los “sin tierra”.
Otra de las incógnitas pasaba por las definiciones electorales en aquellos municipios gobernados por el PRO o con candidatos con amplias posibilidades de ganar en sus distritos. En la previa de la cumbre de Olavarría, se habló de conversaciones muy avanzadas para “blindar” a esos distritos y evitar las internas bajo la famosa estrategia de la Y, una suerte de ingeniería electoral que consiste en tener un único candidato local colgado a más de una boleta nacional o provincial.
Aunque no hubo confirmación sobre esos acuerdos y también se patearon para adelante las definiciones, el intendente de Olavarría, Ezequiel Galli dejó algunas señales: “La discusión va a estar centralizada distrito por distrito con algunas reglas de convivencia” advirtió, en una clara alusión al terreno ya ganado por las gestiones que lograron conservar o conquistar municipios pese a los cambios de gestión en nación y provincia en 2019.
La primera reunión de la cúpula bonaerense del PRO pasó sin sobresaltos y con clima de cordialidad. Los discursos de unidad pese a las diferencias y las temáticas de gestión maquillaron las disputas y cada uno de los precandidatos ganó tiempo para mostrar que siguen en carrera. Aunque faltan meses para el cierre de listas y en política ese lapso parece una “eternidad”, las semanas pasan e inevitablemente requerirán definiciones porque no todos podrán sentarse a la misma mesa.
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