La Selección argentina cerró la última doble fecha FIFA con una clasificación anticipada al Mundial 2026 y una goleada histórica sobre Brasil 4 a 1 en el Monumental. Sin embargo, más allá del plano deportivo, el plantel también quedó envuelto en una grieta inesperada: la reacción al saludo de Lisandro Martínez en redes sociales.
El defensor del Manchester United, ausente en esta fecha por lesión, felicitó a sus compañeros con un simple mensaje en X: tres emojis, dos de aplausos y otro con una cara lagrimeante. Un gesto inocente en apariencia, pero que desató un revuelo en los comentarios.
Y no fue por su ausencia en la cancha, sino porque Martínez es el único jugador de la Selección que tomó postura sobre cuestiones políticas y sociales.
Hace diez días, tras la brutal represión a jubilados en el Congreso, el futbolista utilizó sus redes para condenar los hechos con una frase tajante: “¡Qué impotencia y qué vergüenza que se metan así con los jubilados!”.
Su mensaje, acompañado por un video de la represión, fue una de las pocas voces públicas del fútbol (única del mundo de la selección) que se pronunció sobre el tema. Mientras otros referentes del deporte optaron por el silencio o la neutralidad, Martínez no dudó en manifestar su indignación.
El revuelo en redes: apoyo, críticas y trolls libertarios
Aquel posteo sobre la represión tuvo una enorme repercusión y en su mayoría cosechó respuestas de apoyo. Sin embargo, también despertó el enojo de sectores alineados con el gobierno de Javier Milei.
En un contexto donde la moda parece ser callar o, en su defecto, expresar simpatía por el libertario, las palabras de Martínez lo pusieron en la mira de los trolls de X.
Cuando anoche felicitó a sus compañeros de la Selección tras la goleada a Brasil, las respuestas no se hicieron esperar. De cada diez comentarios, al menos siete u ocho fueron de aliento y afecto, pero el resto fueron ataques que poco tenían que ver con el fútbol.
“Kuka”, “zurdo” y “kukardo” fueron algunas de las descalificaciones que recibió por su posicionamiento ideológico. No importó que su mensaje esta vez no tuviera ninguna connotación política ni que simplemente celebrara el triunfo de sus compañeros. La grieta ya estaba instalada.
Este fenómeno deja en evidencia un patrón: cualquier figura pública que se exprese en contra del gobierno enfrenta un aluvión de críticas organizadas. Mientras jugadores como Emiliano Martínez o el propio técnico Lionel Scaloni son celebrados cuando dan guiños simpáticos a Milei, Martínez es atacado por defender una causa social.
El silencio del fútbol y la excepción Lisandro
El fútbol argentino, históricamente vinculado a la política, parece haber entrado en una etapa de silencio. Con algunas excepciones como Juan Román Riquelme, pocos jugadores actuales o ex futbolistas se pronuncian sobre temas sensibles. En la era de las redes sociales, opinar tiene costos y muchos prefieren evitarlos. Los trolls atacan, hasta con bots turcos.
En ese contexto, Lisandro Martínez se convirtió en una rara avis: un campeón del mundo que no tiene miedo de hablar.
Lo hizo antes y lo hizo ahora.
Y aunque la mayoría lo respalda, también queda claro que su valentía tiene un precio en tiempos donde la cómoda neutralidad parece la regla.