El triunfo del peronismo en las elecciones legislativas de la Provincia de Buenos Aires generó festejos en el territorio bonaerense, pero también tuvo repercusiones en el panorama político latinoamericano. Una de las reacciones más directas y resonantes provino del presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien a través de la red social X envió un mensaje que se viralizó rápidamente: “La argentina de los argentinos verdaderamente libres, brillará”.
La declaración de Petro, líder de la izquierda en la región, no es casual. Se interpreta como un espaldarazo al modelo de gobierno del peronismo bonaerense, encabezado por el gobernador Axel Kicillof.
El uso de la frase “verdaderamente libres” es una clara respuesta directa, un contrapunto ideológico, al concepto de “libertad” que enarbola el presidente Javier Milei y su espacio, La Libertad Avanza.
Mientras que el libertario postula una libertad de corte económico y desregulatorio, el mensaje de Petro apunta a una libertad con un enfoque social y político, donde la justicia y el bienestar común son pilares.
Un debate ideológico en la región
El tuit del mandatario colombiano, identificado por sus posturas anti-neoliberales y su cercanía con gobiernos progresistas, vuelve a colocar a la luz una profunda división en la región.
Por un lado, se encuentran los gobiernos de derecha y ultraderecha, como el de Javier Milei, que buscan reducir la presencia del Estado y abrir indiscriminadamente las economías al mercado global.
Por otro, líderes como Petro, que defienden el rol del Estado como regulador y promotor de la equidad social. El triunfo del peronismo en la provincia más populosa del país es un hito que, incluso para líderes extranjeros como Petro, permite vislumbrar que la visión progresista (a la que se buscó dañar permanentemente) sigue vigente y con un fuerte respaldo popular.
La geopolítica bonaerense
El mensaje de Petro sitúa a la Provincia de Buenos Aires en el epicentro de un debate geopolítico de mayor envergadura. El territorio, con una economía de peso y una población de millones, se consolida como el bastión peronista que siempre fue, y el gobierno, liderado por Kicillof, emerge como el principal contrapeso al gobierno nacional de Milei, y así se ve incluso fronteras afuera del país.
Este simple pero sólido apoyo explícito del presidente colombiano parece más que una felicitación: brinda una señal política, al permitir que la provincia bonaerense se perciba como una resistencia a las políticas de Milei y una esperanza para el progresismo regional.
En este contexto, la victoria electoral se convirtió en un símbolo que traspasa las urnas y que se deja oír en las capitales de todo el continente.
La pregunta que muchos se hacen ahora es si otros líderes de la región seguirán el camino de Petro y si el peronismo bonaerense capitalizará esta visibilidad internacional.