El Wall Street Journal, uno de los diarios económicos más influyentes del mundo, le dedicó un artículo demoledor a Javier Milei y, en particular, a su hermana Karina. Bajo el título “El presidente argentino Milei llama a su hermana ‘El Jefe’.
La hermana que pasó de vender tortas a ser “El Jefe”
“Ahora es un lastre”, el medio norteamericano expone sin filtros cómo la figura de la Secretaria General de la Presidencia pasó de ser el sostén íntimo del mandatario a transformarse en un verdadero dolor de cabeza para su gobierno.
Lo que más llama la atención en la nota es la crudeza con la que el WSJ describe a Karina: “antes de llegar al poder, era una pequeña vendedora de tortas en Instagram”, remarcan, para luego contrastar esa imagen con el lugar central que hoy ocupa en el esquema de poder libertario.
A su alrededor orbitan ministros, secretarios y asesores, pero es ella quien decide quién accede a su hermano y quién queda afuera. En palabras del diario, Karina Milei es “la socia más importante del presidente”.
El tono elegido por el medio sorprende, porque no se trata de un portal opositor local ni de un medio menor, sino de un gigante de las finanzas internacionales que se dedica a radiografiar a los líderes con impacto global.
Que apunten contra la hermana del presidente de manera tan descarnada refleja un deterioro de la imagen del gobierno que empieza a trascender fronteras.
Un entramado de poder y sospechas
El artículo no se queda en lo anecdótico ni en el apodo familiar que Javier repite en público —“El Jefe”—, sino que avanza sobre el manejo de la política cotidiana y las sombras que lo rodean.
Según el WSJ, Karina Milei supervisó la estrategia electoral, influyó en candidaturas, vetó alianzas y hasta bloqueó medidas sociales que resultaban populares. En esa lista mencionan recortes a jubilaciones y programas de discapacidad, decisiones que le costaron capital político al oficialismo.
Pero lo más grave del informe es la referencia a un esquema de corrupción vinculado a contratos con laboratorios farmacéuticos.
Allí citan las grabaciones en las que el titular de la Agencia Nacional de Discapacidad Diego Spagnuolo dice que un porcentaje de los acuerdos “va para Karina”.
Aunque el gobierno lo niega o prefiere que no de hable el tema, el WSJ remarca que el episodio dañó seriamente la imagen presidencial y alimentó un clima de sospecha que ya impacta en encuestas y en el humor social.
No es un detalle menor que el medio utilice la palabra “liability”, que en el lenguaje económico significa pasivo, lastre o carga. Para un diario como el WSJ, llamar así a la principal asesora del Presidente es poco menos que un certificado de toxicidad política.
De sostén a problema central
La conclusión del artículo es contundente: lo que en un comienzo fue una relación simbiótica —la hermana que acompañó al outsider en su travesía hasta la Casa Rosada— hoy se convirtió en un factor de desgaste. Encuestas citadas por el diario señalan que buena parte de la sociedad argentina considera que Karina Milei debería dar un paso al costado.
El WSJ incluso se atreve a poner en duda la capacidad de Javier Milei de sostener el rumbo económico y político si mantiene a su hermana en el centro del poder. Para un presidente que basa su legitimidad en la confianza de los mercados internacionales, recibir este tipo de advertencias desde Nueva York es un golpe durísimo.
El matiz es claro: ya no se trata de lo que diga la oposición argentina, ni de lo que repitan voces críticas locales. Ahora es la prensa económica mundial la que sugiere que Karina Milei dejó de ser “El Jefe” para convertirse en un obstáculo. Y que la credibilidad del gobierno, al menos para la mirada internacional, pende de un hilo.