El Gobierno nacional lanzó oficialmente el nuevo sistema “Tenencia Express”, que promete agilizar, digitalizar y simplificar los trámites para adquirir la tenencia legal de armas de fuego en la Argentina.
Desde este martes, quienes compran un arma en una armería habilitada podrán obtener su credencial de tenencia 100% online, a través de la plataforma MiAnmac, con validación automática de requisitos, pagos por billeteras virtuales y un plazo máximo de 72 horas para que la tenencia quede habilitada y visible en la app MiArgentina.
La medida, celebrada por el titular de ANMaC, el político (ex PRO?) platense, Juan Pablo Allan, como “la más importante desde que asumimos”, implica además una fuerte decisión política del gobierno de Javier Milei de reducir la burocracia estatal.
ARMAS MÁS FÁCILES DE OBTENER
Más allá del discurso oficial, las redes sociales encendieron la polémica: ¿la simplificación del trámite también implica una relajación en los controles? ¿Estamos yendo hacia un modelo más cercano al de Estados Unidos, donde la libre tenencia de armas dejó un historial escalofriante de tragedias?
El sistema “Tenencia Express” tiene un costo de $20.000 por la tenencia y $10.000 adicionales por la Tarjeta de Consumo de Municiones (TCCM). Pero el tema no pasa por lo económico. El punto que más controversia genera es la posibilidad de acceder a un arma en apenas tres días, con un procedimiento casi automático si se cuenta con la Credencial de Legítimo Usuario (CLU) vigente.
Hoy existen en la Argentina 919.347 personas con CLU, aunque más del 65% tienen la credencial vencida. La mayoría son hombres entre 31 y 60 años. Desde diciembre de 2024, además, el Gobierno redujo la edad mínima para la tenencia y portación de armas de 21 a 18 años, lo que fue otra señal de alarma para especialistas y organizaciones vinculadas a los derechos humanos y la prevención de la violencia armada.
LA FÁCIL TENENCIA DE ARMAS EN EEUU
En redes sociales, muchos usuarios hicieron paralelismos con lo que ocurre en Estados Unidos, un país donde la facilidad para adquirir armas provoca permanentemente decenas de masacres en escuelas, centros comerciales, recitales y espacios públicos.
La lista es larga y luctuosa, aquí un mínimo número de ejemplos de los últimos años, de los no tan famosos como el de la escuela ‘Columbine‘:
- Sandy Hook (2012): un joven de 20 años mató a 26 personas, incluyendo 20 niños, en una escuela primaria de Connecticut.
- Pulse (2016): un atacante abrió fuego en un boliche LGBT de Orlando y dejó 49 muertos.
- Las Vegas (2017): un hombre disparó desde un hotel sobre un festival de música y asesinó a 60 personas.
- Parkland (2018): 17 muertos en una secundaria de Florida.
- Uvalde (2022): 19 chicos y 2 maestras fueron asesinados en una escuela primaria de Texas.
En todos estos casos, las armas habían sido adquiridas legalmente. Y en todos los casos, la ausencia de filtros más estrictos, la rapidez para acceder a armas de guerra y la falta de control estatal fueron cuestionadas duramente después de los hechos.
La “Tenencia Express” de Juan Pablo Allan, si bien incluye controles automatizados de antecedentes y exige la CLU, genera inquietud por la automatización del proceso, que podría fallar ante la masividad o la falsificación de datos. También se remarca que, en un contexto de creciente malestar social, desempleo, desigualdad y crisis emocional, facilitar el acceso a armas puede ser un cóctel peligroso.
Desde el oficialismo, se insiste en que la medida no flexibiliza requisitos, sino que agiliza un proceso que ya estaba habilitado. Pero las críticas apuntan a que, en un país donde abundan las armas ilegales y donde muchas veces la Justicia reacciona tarde, acelerar la circulación de armas legales puede sumar más violencia a un clima social ya tenso.
“Esto no es una mejora técnica, es una decisión política”, dijo Allan. Justamente ahí está el problema: cuando se toman decisiones técnicas con fines políticos o ideológicos, los riesgos no se miden en formularios ni en clics, sino en consecuencias reales.
Y las balas, cuando salen del cañón, no distinguen entre digital y analógico.