El Banco Central de la República Argentina (BCRA) se convirtió nuevamente en el protagonista de una maniobra financiera que, para muchos parece salida de una novela de conspiración económica. Este lunes, un nuevo cargamento de casi 1.500 lingotes de oro valuados en 250 millones de dólares partió hacia Londres.
Si bien el gobierno la presenta como una jugada maestra para obtener retorno financiero, la operación no tardó en generar una ola de críticas y sospechas.
OPERACIÓN ORO EN FUGA
El ministro de Economía, Luis Caputo, ya varias veces defendió la decisión del BCRA de enviar el oro a Londres como parte de una estrategia para “darle utilidad” a las reservas.
Según él, mientras el oro permanezca en las bóvedas nacionales, es como tener la vajilla de la abuela guardada en el altillo: valiosa pero inútil.
En Londres, por el contrario, según “Toto” esos lingotes brillarán no solo por su dorado fulgor, sino también por los intereses que podrían generar.
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Sin embargo, lo que Caputo no mencionó es que, para el grueso de la población, esta operación huele a desesperación. Y no se trata de la típica desesperación de un fin de mes ajustado, sino de la desesperación de un gobierno que parece estar hipotecando hasta las joyas de la familia.
En este contexto, el comentario mordaz del dirigente Leandro Santoro en Twitter encendió aún más la mecha: “Al final era cierto el slogan que usaron en la campaña ‘La única salida es Ezeiza‘. De lo que no nos advirtieron era de que estaban hablando de las RESERVAS DE ORO.”
Esta frase hace referencia a la expresión que se popularizó entre los jóvenes libertarios en la campaña anterior, insinuando que Ezeiza sería la única vía de escape para los que no soportasen las políticas económicas del gobierno si reelegia a través de Sergio Massa.
ENCIMA LONDRES
Pero claro, nadie imaginó que quienes tomarían esa “salida” serían los lingotes de oro, y no precisamente en busca de mejores oportunidades.
La oposición, encabezada por el diputado Sergio Palazzo, ya exigió explicaciones. ¿Por qué el oro argentino se embarca rumbo a Londres? ¿Acaso las bóvedas del Banco Central no son lo suficientemente seguras? O quizás, ¿se les acabaron los escondites dentro del país? En su pedido de informes, Palazzo se mostró especialmente interesado en saber si el traslado fue hecho a bordo de camiones de caudales de la empresa Lumil, sospechosamente parecidos a los que se utilizan para trasladar el botín en las películas de robos.
El video de uno de estos camiones circulando por la autopista, que se viralizó rápidamente, no ayudó a calmar las aguas. Las imágenes de C5N, aunque dignas de una serie de Netflix sobre un atraco internacional, provocaron una avalancha de memes y comentarios irónicos en las redes.
Mientras tanto, Caputo sigue firme en su postura, afirmando que esta “movida” no es más que una muestra de la inteligencia financiera del gobierno.
Según su relato, este traslado es una oportunidad para que las reservas de oro dejen de ser un simple adorno y se conviertan en una fuente de ingresos. Claro que, para quienes ven con desconfianza estas maniobras, la pregunta es cuánto de ese ingreso realmente volverá al país, y cuánto se quedará, digamos, “en el camino”.
EZEIZA, PUERTA DE SALIDA
En medio de esta controversia, el oro argentino sigue su viaje hacia Londres. Si todo sale según lo planeado, el gobierno podría obtener el retorno financiero que tanto busca.
Pero la verdadera pregunta es si no se está vendiendo el futuro a cambio de un presente que los asfixia.
Y si, al final del día, la única salida seguirá siendo Ezeiza… pero sin reservas, ni de oro ni de optimismo.
