Corea del Sur, históricamente la nación de la península que se jactaba desde hace años de defender la democracia, vive momentos de alta tensión política y social tras la declaración de la ley marcial de emergencia por parte del presidente Yoon Suk Yeol.
Este controvertido anuncio, realizado el martes en una sesión informativa de emergencia, marca la primera declaración de este tipo desde 1979, evocando dolorosos recuerdos del Levantamiento de Gwangju, un sangriento episodio en la historia surcoreana asociado al autoritarismo.
Según Yoon, la medida busca contener a “fuerzas antiestado”, incluyendo al opositor Partido Demócrata y sus seguidores, a quienes acusó de ser grupos “pro-norcoreanos”. Con esta acción, el presidente cerró la Asamblea Nacional y prohibió toda actividad política, medidas que representan un claro retroceso democrático.
Autogolpe y sospecha de dictadura
El impacto de la medida fue inmediato. El Partido Demócrata convocó de urgencia a sus miembros a una sesión en la cerrada Asamblea Nacional, mientras que el presidente de esta, en un intento de llegar al edificio, se encontró con el acceso bloqueado por la policía.
Paralelamente, el partido gobernante también organizó un cumbre de emergencia, aunque su líder describió la decisión de Yoon como “inapropiada”.
En las calles de Seúl, las fuerzas militares ya se desplazan hacia el edificio de la Asamblea Nacional, y helicópteros sobrevuelan la zona, intensificando la sensación de incertidumbre.
Por su parte, los medios de comunicación, que ahora están bajo el control del Comando de la Ley Marcial, apenas pudieron transmitir actualizaciones antes de quedar restringidos por la censura.
El alcance del Decreto de la Ley Marcial
El Decreto No. 1 del Comando de la Ley Marcial establece amplias restricciones, incluyendo la prohibición de todas las actividades políticas, huelgas y reuniones, así como el control absoluto de los medios de comunicación.
También ordena que los profesionales de la medicina en huelga retomen sus funciones en un plazo de 48 horas, bajo amenaza de sanciones.
Aunque el presidente tiene facultades constitucionales para declarar la ley marcial, históricamente esta herramienta se ha utilizado como un mecanismo para perpetuar regímenes autoritarios.
Desde 1948 hasta 1979, Corea del Sur vivió 12 declaraciones de ley marcial, todas bajo dictaduras. La última, previa al mandato de Yoon, precedió al trágico Levantamiento de Gwangju en 1980, donde cientos de manifestantes murieron a manos del régimen militar.
Sombra de autoritarismo en Corea del Sur
La decisión de Yoon despierta profundas preocupaciones tanto dentro como fuera del país. Diversos analistas y organismos internacionales señalan que esta medida podría significar un desmantelamiento de las libertades democráticas alcanzadas tras décadas de lucha.
Si bien Yoon justificó la ley marcial como un medio para salvaguardar el “sistema democrático liberal”, las prohibiciones que ha impuesto y el despliegue militar recuerdan los días oscuros de los regímenes dictatoriales en Corea del Sur.