A tan solo 20 kilómetros de San Antonio de Areco y a 190 kilómetros de la ciudad de La Plata se encuentra Villa Lía, un encantador pueblo de tan solo 1200 habitantes, que fue fundado por inmigrantes y, en la actualidad, se presenta como una propuesta turística imperdible en la provincia de Buenos Aires.
La historia de Villa Lía comienza en 1869, cuando el agrimensor Mariano Iparraguirre divide las tierras de Isabel de Rodríguez y Dominga Castex. Con el paso de los años, se destinó una de las partes de aquella estancia a la construcción de lo que sería el pueblo.
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En 1920, Lía R. de las Carreras heredó mil hectáreas pertenecientes a Dominga Castex. La estancia fue fundamental para la producción agrícola de la zona, ya que el casco de la misma se encontraba a orillas de las vías del ferrocarril Central Córdoba, hoy General Belgrano, donde paraba el tren que transportaba granos. Esta estación había sido fundada en 1909 y era parte del recorrido que unía a Buenos Aires y Rosario.
Ante este panorama, Doña Lía hace una petición para fundar un pueblo de acuerdo a la Ley Provincial de Trazados de Centros de Población Ampliación o Modificación de Trazados. A esto, se sumó el pedido de Mariano Ustariz, un destacado productor de cereales de la zona, que le solicitó a Lía el arrendamiento de la estación del ferrocarril y de los campos lindantes.
Fue así que ambos acordaron en crear el pueblo y llamarlo Villa Lía. Algo llamativo de este lugar es que no hay registros de su fecha de fundación, es decir, podría decirse que jamás se fundó.
Una vez creada la localidad, muchas familias de inmigrantes se asentaron en estas tierras para dedicarse, principalmente, a la agricultura. Uno de los factores fundamentales para la llegada de inmigrantes fue la sanción Ley Nº 817 de Inmigración y Colonización, impulsada por el presidente Nicolás Avellaneda, en 1876. Asimismo, durante el gobierno de Julio Argentino Roca, se ampliaron las leyes de migraciones.
¿Qué hacer en Villa Lía?
Villa Lía es un lugar ideal para descansar de la agobiante vida de las ciudades, gracias a su conexión con la naturaleza y la tranquilidad que respira en sus calles. El pueblo ofrece gastronomía, hospedaje y sitios históricos para conocer más sobre su pasado.
En la plaza José Hernández se encuentra la Capilla San José, que fue fundada en 1929 y construida en homenaje a la hija de Mariano Uztariz.
La estación Villa Lía aún conserva algunos de sus elementos originales, como vagones y estructuras de hierro que se utilizaban para cargar las cosechas.
La época de mayor esplendor de Villa fue en 1950, cuando llegó a haber más de cinco almacenes. Actualmente, se encuentra el Almacén de Pascual y el Almacén de Caunedo, que se convirtió en un autoservicio pero mantiene su fachada intacta, con su tradicional surtidor.
Otro sitio obligatorio para visitar es el Museo y Centro Cultural “Los Rostros de la Pampa”, donde se puede aprender sobre los inmigrantes y observar algunas de sus pertenencias. Su entrada es libre y gratuita.
Por último, la Casa Bellavista, situada en las calles San Martín y Santa Fe, es una parada imperdible, sobre todo para lo que quieran pasar una noche en Villa Lía. Se trata de una casona de estilo colonial fundada en 1928 de estilo colonial. Cuenta con atención personalizada para hasta 15 huéspedes y dos departamentos de habitaciones comunicadas con un baño privado cada uno.
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