Durante el pasado fin de semana se llevó adelante el All Star Game de la NBA, el partido que reúne a las máximas estrellas de la mejor liga de básquet del mundo. Sin embargo, hubo una de ellas que renunció a su participación y que decidió, por contrario, venir a la Argentina para conocer el país. Se trata de Jimmy Butler, alero de Miami Heat, quien sorprendió con su presencia en Capital Federal, donde disfrutó del Argentina Open, del cruce en La Bombonera entre Boca y Platense y hasta se dio el lujo de conocer el estadio Presidente Perón, de Racing, invitado especialmente por la comisión directiva de la Academia.
No obstante, en las últimas horas se dio a conocer que el ex Chicago Bulls también jugó en algunas plazas y que incluso realizó un entrenamiento especial en La Bombonerita, donde juega el primer equipo Xeneize en la Liga Nacional de Básquet. Allí, el alero del Heat habló con la cuenta oficial del básquet del club de La Ribera y describió sus sensaciones.
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“Esto es estupendo. Siempre trato de jugar al básquet en cualquier club al que pueda ir siempre que viajo. Esto está en la cima. Siento como si te volvieras loco aquí dentro jugando los partidos. Los aros son hermosos. La cancha es increíble. El esquema de colores es todo estupendo. Estoy contento de haber venido y haber entrenado aquí”, remarcó el finalista de la NBA con el Heat en el 2020.
Seguidamente al “22” se le consultó sobre la posibilidad de realizar un encuentro amistoso entre el Xeneize y Miami, como en su momento lo hicieron San Lorenzo y Toronto Raptors en Canadá, a lo que contestó: “Yo preferiría que Miami Heat venga a jugar aquí. Creo que sería increíble tener a mi equipo NBA aquí”. Y estando en la tierra de Emanuel Ginóbili, la referencia al zurdo no se pudo obviar: “Obviamente Manu ha hecho cosas grandísimas por esta nación. Por su país. Así que si pudiéramos venir y jugar aquí, me encantaría. Les prometo que yo seré el primero en venir y jugar básquet”, completó.
Jimmy Butler y la visita a Racing
Tal cual se dijo, el NBA también se dio el lujo de conocer el estadio de Racing y hasta de patear un penal en la soledad del Presidente Perón.