Gimnasia viene pecando en materia ofensiva, donde al equipo de Alejandro Orfila más le suele costar. Más allá del buen rendimiento de Marcelo Torres, con dos festejos en lo que va del Torneo Clausura, el Lobo no termina de explotar en ataque. Y encima sufre por una ausencia que se está haciendo sentir a fuerza de inflar redes, la de Rodrigo Castillo.
El hoy por hoy delantero de Lanús, que dejó el Mens Sana meses atrás, volvió a gritar para el Granate, con el que llegó a los cuatro goles en seis partidos, lo que lo ubica entre los máximos artilleros del certamen doméstico. Su última víctima, River en tiempo de descuento para un empate que le permitió a los de Mauricio Pellegrino seguir en la parte alta de la Zona B.
Cuando el encuentro en el estadio Néstor Díaz Pérez se moría por completo, el nacido en Venado Tuerto apareció en soledad en el punto penal y, tras un desvío de otro ex albiazul como Walter Bou, venció a Franco Armani para así desatar la locura local. Otro grito que valió unidades para Pellegrino y sus dirigidos.
De esta manera, Castillo llegó a los cuatro festejos en seis encuentros, igualando así la misma marca que convirtió en Gimnasia durante todo el pasado Apertura. Desde su llegada a Granate, el también ex Millonario le marcó a Sarmiento, en dos oportunidades, a Talleres y a los de Marcelo Gallardo.