El empate de River en Ecuador frente a Independiente del Valle agravó un poco más el presente del equipo de Marcelo Gallardo, que ve como la inversión de más de 50 millones de dólares que hizo el club para reforzar el plantel no se traslada ni a juego ni a resultados y preocupan cada vez más al hincha.
El conjunto Millonario tuvo cierta rebeldía y reaccionó tras ir perdiendo 2 a 0 ante Independiente del Valle, para sumar un punto que es algo menos traumático que la derrota que, por como se dio el partido, River iba camino a conseguir.
La curiosidad para la gente de Gimnasia que se enteró del resultado fue quien convirtió los dos goles a River. Se trata de un ex delantero que pasó con más pena con gloria por el club.
Claudio Spinelli, de breve paso por el Lobo, convirtió en seis minutos dos goles. El delantero, de quien muchos habían perdido el rastro, casi se viste de héroe para generar lo que hubiese sido una victoria para Independiente del Valle.
El paso de Spinelli por Gimnasia
Claudio Paul Spinelli fue dirigido por Diego Maradona. Se llama Paul, como Caniggia, por la admiración de su padre al Pájaro. Cuando llegó a Gimnasia, Diego dijo: “Spinelli que la meta también, porque a Cani todos lo recordamos por el gol a Brasil”. Nada de eso sucedió. El futbolista, que había llegado con bombos y platillos, nunca logró hacer pie y terminó saliendo del club.
Spinelli llegó a Gimnasia a mediados de 2019 tras un buen paso por Argentinos Juniors, que había querido retenerlo, pero no pudo hacer frente a la opción que el Génova había puesto por su pase: 2.800.000 euros. En Gimnasia jugó apenas nueve partidos y no convirtió goles.
Tras su salida, algo conflictiva, por cierto, se fue a jugar a Eslovenia y luego a Ucrania, donde vivió de cerca la invasión rusa. Su apellido recorrió por aquellos tiempos los canales de televisión y cuentas en redes sociales por los cuatro días de odisea que vivió el delantero para escapar de la guerra. Fue uno de los cinco futbolistas argentinos que competía en Ucrania cuando estalló el conflicto bélico que aún persiste y hasta se hizo una cadena de favores que trepó hasta el entrenador de la Selección Argentina de voleibol, Marcelo Méndez, que había accedido a albergarlo en la ciudad donde vive en Polonia, a 100 kilómetros de la frontera.