Estudiantes pasó de tenerlo todo a quedarse sin nada. Es la definición que mejor le queda a la derrota que el Pincha sufrió en el Sur ante Banfield. Un primer tiempo de novela, de esos que todo hincha quiere ver en su equipo, y un complemento para el olvido, donde recibió tres goles, se desorientó por completo y se quedó con las manos vacías.
Aunque la vara estaba alta en el Pincha, luego de conseguir tres victorias al hilo en el Clausura y de quedarse con el primer chico en Paraguay ante Cerro Porteño, el equipo de Domínguez no decepcionó en el inicio del partido en el Sur. No solo estuvo a la altura, a pesar de tener un mix en el 11 titular, sino que se impuso ampliamente al Taladro, le convirtió dos golazos y todo era color de rosas.
Parecía que Estudiantes iba a estirar una vez más su racha de victorias y que llegaría en su mejor forma al partido de vuelta por los octavos de final de la Copa Libertadores, pero todo se derrumbó en tan solo 10 minutos. El equipo de Pedro Troglio salió a jugar el complemento con otra actitud y se llevó puesto al equipo de Domínguez.
Si bien el Taladro no dio señales de recuperación durante los primeros 45 minutos, en la segunda mitad hizo todo lo que no pudo antes y le alcanzó para remontar el partido. Así, aunque sobre el final intentó a base de pelotazos y centros, el Pincha se quedó con las manos vacías, perdió la chance de escaparse en lo más alto de la Zona A, pero, sobre todo, se llenó de dudas de cara al partido de vuelta con Cerro.
Porque los fantasmas que rondaron por Estudiantes hasta el partido con Huracán y aquella volea salvadora de Cetré, volvieron a aparecer y el equipo terminó pareciéndose más al de la mala racha, que puso en duda la continuidad del DT, que al que venía de ganar cuatro partidos al hilo. Ahora, se verá en la Copa, este miércoles en UNO, qué Estudiantes está dispuesto a ser el equipo de Domínguez.