“Para qué nos invitan, ¿no?”. Sonriente ante las cámaras de tevé al referirse a esta nueva “fiesta” en la que Gimnasia está destacándose después de pelear por la permanencia, Nelson Insfrán se mantuvo calmo dentro del clima de euforia. Porque es cierto, el equipo de Fernando Zaniratto le ganó a Barracas. Y está en semifinales. Y jugará el Clásico Platense para ver si alcanza una definición. Pero el Mono, en modo zen, pidió “trabajar tranquilos y preparar el partido para lo que viene”.
“¿Si este Clásico Platense puede ser el más importante de los últimos 30 años? Sí, nunca había pasado en una instancia como esta pero estamos tranquilos”, declaró Insfrán, determinante por enésima vez en el Claudio Tapia.
Una tapada con la pierna en el primer tiempo fue crucial para sostener el cero otra vez -cuatro en cinco encuentros- y otra en el segundo tiempo, con seguridad, para empezar a encaminar el éxito.

Por eso, el referente terminó sonriente. Pleno. Abrazándose con Lucas Castro dentro del campo de juego. “Había hablado mucho con el Pata. Lo considero un amigo. Durante todo este tiempo, tanto él como a mí nos faltaba un desahogo como éste. Siempre la tuvimos que pelear. Estar en esta instancia trataremos de disfrutar de la mejor manera. Viene un Clásico…”, redondeó sin ir más allá, todo antes de sumarse al pogo de alegría en Olavarría y Luna.
Las marcas del Mono
Los números del Mono fueron impecables. En la cancha de Barracas salvó cinco remates, cuatro de ellos desde adentro del área. Además, ganó bien de arriba y anticipó pelotas clave para que Gimnasia pudiera quedar nuevamente con el arco en cero. Embalado con jugar un Clásico crucial y una final que sería histórica.

