Empezó ganando. Hizo lo más difícil: romper el partido. Sin embargo, a Estudiantes la ventaja, el gol de Piovi, le duró nada. Pero nada en serio. Porque en el primer ataque de la U, Funes Mori cometió un penal increíble, totalmente evitable, saliendo a cortar a destiempo, marcando que no está a tono con lo que el equipo necesita en defensa. De ahí, llegó el empate de Aranguiz, de penal.
Pero lo que vino después fue peor. Porque a los tres minutos, otra distracción defensiva del equipo, le permitió la U convertir el 2 a 1. Una pelota que quedó colgada en el área, que nadie rechazó y que Mansilla, una vez más, no cortó. Zaldivia la agarró de aire y marcó la ventaja parcial de los chilenos.
Está claro que Domínguez no pude solucionar los problemas defensivos que tiene Estudiantes, que hasta altura ya es un mal en el que tiene gran responsabilidad, porque al equipo le hacen goles todos los partidos. Y más allá de la floja respuesta de algunos jugadores (Funes Mori, Mansilla y Cía), cuando se repite de forma continúa ya es una cuestión que involucra al cuerpo técnico.

