Gimnasia jugará este lunes un Clásico Platense muy especial. Motivador. Haber llegado a esta instancia después de haber peleado por la permanencia durante todo el año es, de por sí, un premio a la resurrección que transitó el equipo que ahora dirige Fernando Zaniratto de manera interina, pero que a lo largo del año tuvo a otros tres entrenadores: Marcelo Méndez (renunció en enero), Diego Flores (se fue después del Apertura) y Alejandro Orfila (dejó su cargo en octubre).
Para entender el sprint final de GELP previo al derbi ante Estudiantes, entonces, hay que analizar los últimos meses en profundidad. Y desglosar las cinco características y momentos que tallaron a un equipo que pasó de sufrir a ilusionarse con un título en pleno envión.
1) Victoria ante Sarmiento en Junín

Determinante, todavía con Orfila como deté, para que Gimnasia sacara ventaja en la lucha por la permanencia en la tabla anual. En el Eva Perón, el Lobo derrotó 1-0 con gol de Marcelo Torres a un rival directo, zafó del empate por un penal atajado por Nelson Insfrán en el segundo tiempo y consiguió aire. No lo suficiente como para imaginarse en esta instancia, pero aliviadora en retrospectiva: frenó una racha de tres derrotas consecutivas, representó un oasis (luego vendrían otras dos caídas, ante Talleres y Estudiantes).
2) Triunfo histórico ante River en el Monumental

El golpe sobre la mesa. Con ese triunfo en la penúltima fecha del campeonato, los riesgos de descenso se disiparon casi en su totalidad y la confianza resurgió. Un partido casi calcado al de Junín: poco juego pero mucha disciplina táctica, ya con Zaniratto en el banco y nuevos intérpretes, un gol de penal de Torres, otro detenido por el Mono en el final a Miguel Ángel Borja y celebración con aires de desahogo. Nadie imaginaría lo que vendría, no, pero sí el clic se sintió puertas adentro.
3) El rol de Lucho como entrenador

Es tan cierto que Fernando Zaniratto mantuvo a buena parte de la base del equipo que venía jugando con Orfila como que también hizo ajustes quirúrgicos determinantes. La inclusión de Enzo Martínez en lugar de Gastón Suso, la presencia en el mediocampo de un nuevo doble 5 —Augusto Max se transformó en decisivo; Nico Barros Schelotto fue la revelación que ofreció equilibrio y juego—, la presencia de Bautista Merlini y la libertad ofensiva de Jeremías Merlo y Manuel Panaro influyeron en el cambio completo.
4) Una racha inédita en el último tiempo
Con la suma de factores, Gimnasia pasó de perder cinco de seis partidos a ganar cinco consecutivos, recibiendo apenas un gol y marcando un promedio de dos cada 90’: 1-0 a River, 2-0 a Vélez, 3-0 a Platense, 2-1 a Unión y 2-0 a Barracas Central. Fue una especie de retroalimentación positiva: el equipo empezó a confiar más en sí mismo, se soltó al momento de jugar, entendió en qué momentos aguijonear y —si bien sigue fallando de cara al arco— también aumentó su nivel de participación de tres cuartos hacia adelante.
5) Resiliencia pese a los conflictos económicos

La estadística es fría y no cuenta toda la historia. Si GELP está en esta instancia es todavía más valioso por el momento institucional que el club atraviesa desde lo económico. El plantel, de hecho, debió adoptar medidas drásticas como dejar de entrenarse antes del triunfo ante Vélez (dos días consecutivos) y en esta última semana, previo al Clásico ante EDLP. Las palabras del nuevo presidente, Carlos Anacleto, permitieron atenuar los enojos de un plantel que supo diferenciar su lucha salarial del aspecto competitivo. Por eso también se lo reconoce.

