Histórico. El troquelado que esta vez acompaña al Clásico Platense lo define todo. Lo será para el ganador y también para el perdedor. Lo será para los libros. Y lo será para cada charla futbolera que recorra las diagonales de la Ciudad de acá en adelante. Pero en definitiva, también lo será para sus protagonistas. Y para uno en especial: Eduardo Domínguez.
El técnico de Estudiantes pasó de una despedida que no hubiera sido acorde a su exitoso ciclo de tres títulos en el club a luchar por otra final en busca de una nueva estrella, en un cierre que podría ser tan glorioso como impensado.
Porque en definitiva, después de cómo terminó el equipo la rueda regular del torneo, con tres derrotas al hilo y una verdadera carambola para clasificarse, parecía que el ciclo iba a terminar ahí, con el DT finalizando su etapa de una forma poco deseada, lejos del protagonismo que tuvo en este tiempo.

Sin embargo, de nuevo está en la definición. El pasillo de espaldas, la rebeldía de un plantel que recuperó en ese partido con Central algo de fuego sagrado y la victoria ante Central Córdoba revivieron la ilusión de su equipo y ahora está ante una situación que puede catapultar todavía más la era del Barba.
Todo lo que se juega Domínguez
Al fin de cuentas, Domínguez se juega ante Gimnasia saldar acaso una de las pocas cuentas pendientes de su ciclo: vencer al Lobo en el Bosque. En el Juan Carmelo Zerillo fue su segundo partido en Estudiantes allá por marzo del 2023 y su primer gran golpe, porque el local cortó 13 años sin victorias en el Clásico Platense. Y después, fue un 0 a 0 el 25 de febrero de 2024. Y el último, el 1-1 del 13 de abril de este año, con gol agónico de Luciano Giménez.
Por lo tanto, de visitante, no pudo vencer al Lobo, y de hacerlo esta vez tendría premio doble: pagaría esa cuenta pendiente y además llegaría otra vez a una final para ir por una nueva estrella, por lo que haría todavía más inolvidable su paso por el club.
Incluso, a a partir de ahí, incluso, podría abrirse otra historia sobre su futuro, aunque el desgaste de este tiempo se siga sosteniendo la idea de que su ciclo podría terminar pase lo que pase en este Clausura. En todo caso, sería una despedida por la puerta grande.
Claro que si no consigue esta meta, para Domínguez volverá ser un final inesperado, que no dejará de marcar su etapa, más allá de ser el segundo entrenador más ganador de la historia del club. Perder o no pasar en este Clásico histórico sería una mancha que una era en la que le faltó llegar a instancia finales en las copas internacionales (más allá de haber estado cerca de eliminar a Flamengo, el campeón de América, en esta Libertadores), pero que sin dudas quedará marcada a fuego en el Pincha, por sus tres títulos en un año (de diciembre del 2023 a diciembre del 2024, con Copa Argentina, Copa de la Liga y Trofeo de campeones).
Así, el Barba va por más historia a su historia. Pero también, pone en juego cómo será el final de su ciclo…

