A las 10 de la mañana, Rosario se hizo de noche. Como si fuera un adelanto de la tormenta que estaba por venir, el cielo se oscureció y luego llegó el primer diluvio. Ya a esa hora, el pronóstico no era alentador: indicaba que iba a llover al menos hasta las 21, la hora del partido entre Boca y Gimnasia que se disputará en la cancha de Newell’s.
Sin embargo, si bien llovió mucho, con el correr de las horas la caída del agua fue intermitente. Y en ese sentido, empezó a imponerse una certeza: de ninguna manera el escenario asoma peor que en el partido contra Colón, en diciembre, cuando se jugó el desempate que el Lobo se llevó para mantenerse en Primera. Y eso lo pudieron certificar muchos hinchas del Lobo que estuvieron aquella vez y que ya estaban en los alrededores del estadio en esta ocasión.
Los charcos de agua, en las afuera del Coloso Marcelo Bielsa.
Orfila y una fuerte autocrítica: “No funcionamos como pretendíamos”
El entrenador de Gimnasia se refirió a la caída en el Hilario Sánchez. Aunque arengó a futuro: "Estamos bien como para encauzar la semana".
Por todo, si aquel día el encuentro se jugó igual, no hay razones para pensar que este encuentro tendrá algún problema en desarrollarse. De hecho, la caída del agua frenó por un par de horas entrada la tarde, lo que permitió también que el campo de juego de la cancha de Newell’s tuviera un alivio y comenzara a drenar.
Al terreno del Coloso, de hecho, se lo vio con algunos charcos, pero en líneas generales, con un buen aspecto. Por lo cual, más allá de que el pronóstico no es bueno y de que seguramente se darán nuevas lluvias, todavía no hay indicios que pongan en duda la realización del partido entre Gimnasia y Boca.
Así se veía la cancha de Newell’s en el momento que más llovía en Rosario
Un panorama del Coloso, cuando más llovía en Rosario.
