Gimnasia recibió un duro cachetazo en su visita a San Juan. El equipo que conduce Alejandro Orfila no solo dejó una mala imagen, sino que además se vio superado por el peor equipo del campeonato, dejando pasar así una buena oportunidad para descontarle puntos y alejarse del fondo.
El inicio del partido no tuvo un protagonista claro y se repartieron los momentos de dominio. En primera instancia, sin mucha elaboración de juego en el mediocampo, el partido se tornó de ida y vuelta. Promediando los 20 minutos de la primera mitad el Verdinegro sofocó al Lobo y, sobre el final de los primeros 45 minutos, fue el equipo de Orfila el que tuvo las más claras.
No fue hasta el inicio del complemento que el encuentro cambió de semblante radicalmente y fue a partir del penal que cometió Gastón Suso por mano. En una jugada poco fortuita, la pelota impactó en el brazo izquierdo del central y permitió la ventaja del local. El encuentro tomó otro rumbo, el Santo se replegó en el fondo, jugó de contra, y el Lobo salió decidido al ataque, aunque sin precisión ni claridad.
Allí, con la necesidad y la obligación de salir a buscar el gol, el equipo de Orfila mostró sus peores debilidades. No encontró respuestas ni circuitos de juego, casi no remató al arco y estuvo lejos del empate. Los reemplazos no cambiaron la ecuación y San Martín defendió sin mayores inconvenientes la ventaja obtenida.
Un duro traspié de Gimnasia en San Juan. Porque venía de perder en casa y porque perdió ante un rival que, al menos en la previa, resultaba accesible ya que actualmente se encuentra en el fondo de las tablas y ganó tan solo tres partidos de los últimos 22 disputados. El Lobo dejó pasar una buena chance para sumar, pero además, lo más importante, los rendimientos individuales dejaron más dudas que certezas pensando en el futuro del equipo.