Gimnasia pasa por un momento sumamente complejo debido a la pésima campaña que viene realizando. Si bien es cierto que invirtió muy poco dinero en el mercado de pases, la prestación deportiva mostrada hasta el momento ha sido sumamente pobre y, parte de esa realidad, se lo debe a la cantidad de goles recibidos.
En lo que va del torneo, al Lobo le convirtieron 18 goles, apenas un puñado menos que Atlético Tucumán, que es el equipo más vulnerado de su zona. De esos 18 goles, siete se los convirtieron a Luis Ingolotti y el resto a Nelson Insfrán, que se ganó en muy buena ley el puesto pero es víctima de los horrores defensivos que comete la defensa.

El otro dato curioso es que en lo que va del torneo (14 fechas) el Lobo tuvo valla invicta en cinco encuentros, de los cuales ganó tres y empató dos. Además le cobraron cinco penales en contra e Insfrán atajó dos, lo que denota que el problema no es el arquero.
Goles que duelen
Solamente dos equipos le convirtieron a Gimnasia más de dos goles: Instituto y River. El resto no logró convertirle más de dos… Si es cierto que le han llegado mucho, especialmente en el último tiempo, y que la figura de Insfrán fue creciendo con el correr de los partidos.
El vulnerable sistema defensivo del equipo ha hecho que otra vez el ciclo de un entrenador esté en jaque. Con sistemas poco confiables, la habitualidad de los goles recibidos parece ser, por el momento, un problema sin solución.

