No era UNO más. Era un Clásico Platense especial para Cristian Medina. Porque fue el primero en el Estadio Hirschi. Porque quería demostrar, el volante de Estudiantes, que podía ser la manija de un Estudiantes que protagonizó una fiesta. Un contundente 2-0 ante Gimnasia que pudo haber sido más amplio si el equipo de Eduardo Domínguez hubiera sido más efectivo.
“Se notó la superioridad adentro de la cancha durante todo el partido. Ellos propusieron pelotazos, ganar la segunda pelota y a partir de ahí jugar. Nosotros jugamos, metimos y merecimos el triunfo”, explicó Medina con la misma claridad con la que distribuyó y atacó los espacios.
El boletín de CM fue excelente: 87% de acierto en los pases (27 de 31) con un 90% en campo ofensivo (19 de 21), cinco gambetas exitosas de seis intentadas —líder en ambas métricas en el partido, una de ellas sacándose a tres de encima lo dejó de cara al gol—, un pase clave que Guido Carrillo no pudo mandar a la red tras una guapeada del ex Boca, un remate y 14 duelos disputados, la cifra más alta del encuentro.
Quizás lo que le faltó para decorar su partidazo fue el gol. Ese que falló casi debajo del arco luego de un jugadón de Tiago Palacios. “Sentíamos que podíamos hacer más goles. El gol que me erro, mala suerte: no podemos fallar esas jugadas si queremos llegar a instancias finales. Con el dos a cero creo que nos quedamos cortos”, comentó.
En esa línea, Medina recalcó que “busco hacer el gol, pero está cerrado el arco. Lo tomo con tranquilidad: si me desespero es peor. Y planteó cuáles son los objetivos de Estudiantes.
“Siempre somos candidatos. Lo estamos demostrando en este torneo. En el anterior perdimos muchos puntos y creo que ahora estamos reafirmando por qué Estudiantes salió campeón en el torneo pasado”, cerró.