El duelo más esperado de la ciudad terminó de la peor manera. Un hincha de Estudiantes recibió un puntazo en la zona de palcos del estadio Ciudad de La Plata y debió ser hospitalizado. Rápidamente se conoció que el agresor es hincha de Gimnasia y que estuvo en ese lugar, donde sólo podrían acceder 72 personas y había más de 300.
Con esa noticia lo futbolístico, con la victoria y clasificación del Pincha a los octavos de final de la Copa Sudamericana, quedó en un segundo plano y la violencia se instaló en la agenda.
Ese hecho, sumado a otros enfrentamientos entre hinchas en otros puntos de la ciudad, taparon lo más importante, el partido. Es por esta situación, que la fiscal Leyla Aguilar se encuentra investigando el tema y ambas dirigencia quedaron en el ojo de la tormenta, sobre todos los de Gimnasia, ya que se conoció que en el lugar del hecho habrían estado dirigentes.
Desde las dos partes formularon declaraciones y se repartieron las culpas, buscando desligarse de uno de los incidentes más graves que ha sufrido la historia de estos enfrentamientos.
Por su parte, desde el Ministerio de Seguridad y A.Pre.Vi.De. no dieron la cara y se llamaron a silencio en un contexto difícil, en el cual los socios e hinchas de ambos clubes exigen y esperan respuestas.
Por esto, es que el clásico de esta tarde llega desgatado y dañado. Los protagonistas, dirigentes, organismos de seguridad y los hinchas deben dar el ejemplo y demostrar que se puede vivir una jornada de clásico en paz.