El primero de diciembre de 2023 fue la primera gran prueba de fuego para el gobierno de Mariano Cowen, que transita por estas horas sus últimos momentos en la conducción de Gimnasia, luego de que confirmara el domingo a última horaque no irá por la reelección en los próximos comicios.
En realidad, la segunda. Porque despedir a Sebastián Romero para darle paso a Leo Madelón no fue nada fácil. Ni tampoco una solución. Porque aquella tarde de sol, lluvia e incidentes dejó a Gimnasia en Primera División producto de un golazo de Nico Colazo y unas monumentales atajadas de Insfrán.
En pleno festejo, Pablo De Blasis pedía no repetir errores del pasado. Fue una premonición. Los errores se repitieron y dos años después de aquella declaración, a tres fechas del final del campeonato, Gimnasia está a tres puntos del descenso.
Poca inversión y malas decisiones
¿Y cómo llegó a esto Gimnasia? Básicamente por lo que todos ven. Poca inversión en el fútbol profesional, cambios constantes de entrenadores y jugadores de nula jerarquía. Además, hubo una CD fragmentada con diversas opiniones que iban desde las inversiones en los mercados hasta quién debía ser el secretario técnico o el entrenador de turno.

Así las cosas, el club entró en un desgaste impensado, donde los días de paz podrían contarse con los dedos de una mano. Y eso repercutió en el humor social, en el fútbol y en la tabla de posiciones…
Aquel primero de diciembre pareció un quiebre para lo que vendría. Y los fue. Pero para mal. La dirigencia no pudo solucionar un problema central como fue el futbol profesional que termina afectando a una CD que había generado muchas expectativas al momento de su asunción.

