Rubén Magnano es palabra autorizada para hablar de básquet, pero también para hacerlo en cuanto al deporte en general. Medalla dorada en Atenas 2004 y uno de los padres de la criatura en cuanto a la creación de la Generación Dorada, afirmó hace algunos horas que su ex dirigido y múltiple campeón en la NBA, Manu Ginóbili, es el “deportista argentino de todos los tiempos”.
“Es un ícono, es un referente. Yo tengo un concepto muy especial sobre él. Para mi fue el deportista argentino de todos los tiempos. Por todo lo que hace al concepto de lo que es un deportista”, aseguró el entrenador de la Selección de Uruguay en el programa por streaming “Centro a la olla”.
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“Es un elemento muy especial, una persona extremadamente especial. Todo lo que viví al lado de él lo hace especial también. Es un personaje bastante único”, explicó. Magnano, de 68 años, quien fue clave en el armado de la Generación Dorada, uno de los mejores equipos argentinos de la historia, que también obtuvo el subcampeonato mundial de Indianápolis 2002, dos años antes del máximo logro en los Juegos Olímpicos.
“Tuve el privilegio y fui un afortunado de poderlo dirigir. A veces los entrenadores tenemos esas particularidades que la vida nos castiga de esta manera, poniéndonos en las manos para disfrutar a jugadores como Ginóbili”, recordó.
El entrenador está desde 2018 a cargo del seleccionado de Uruguay tras su paso por la Selección de Brasil -seis temporadas hasta 2016-. Además, Magano fue entrenador de Atenas de Córdoba, Luz y Fuerza de Misiones y Boca en la Argentina; Varese en Italia; y Cajasol en España. En su carrera obtuvo la Liga Nacional con Atenas en los años 1991-1992, 1997-1998, 1998-1999 y 2008-2009; y el Sudamericano de Clubes 1993 y 1994, entre otros de sus muchos títulos.
La Generación Dorada en Atenas 2004: la Palomita de Manu y la corrida de Rubén
El camino de Argentina a la medalla dorada no fue nada sencillo. Sin embargo, el destino puso a la Selección debutando ante Serbia y Montenegro (ex Yugoslavia), equipo que había privado a Argentina del título mundial dos años antes. Y en ese encuentro, que se decidió en la última pelota, se dio una imagen que quedó en la historia de todos: la Palomita de Manu para el triunfo y la histórica corrida de Rubén Magnano, quien no pudo contener la emoción.