Tarjeta Alimentar: ¿Qué critican los movimientos sociales?

Las críticas que surgieron de un sector de los movimientos sociales hacia un nuevo aumento de la Tarjeta Alimentar, como principal política de apoyo para los sectores pobres del país en el marco de la segunda ola del coronavirus, trajo polémica. Como era de esperarse, parte del oficialismo se mostró ofendido con las declaraciones de algunos dirigentes sociales como Juan Grabois, quien la llegó a catalogar de “una política estúpida”.

Pero, ¿Por qué los referentes que trabajan día a día con las personas más vulnerables de la sociedad pusieron reparos en esta política? El Secretario gremial de la Unión de Trabajadoras y Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), Gildo Onorato, conversó con Lado P y respondió esas incógnitas.

“Cualquier tipo de medidas de este tipo es bienvenido en un contexto como el actual. Respecto a la Tarjeta Alimentar nosotros le hemos planteado al presidente que nos parece que es una política que es ineficaz”, aseguró el dirigente sindical de la Economía Popular.

“Siempre hemos peleado para que las políticas sociales tengan derecho con el beneficiario”, planteó Onorato y explicó que específicamente con la Tarjeta Alimentar, “no se consagran derechos permanentes, no se genera trabajo, no se genera bienes durables. Al no estar establecido por ley, no es una política de Estado”, destacó el referente del Movimiento Evita.

A su vez, las organizaciones sociales que acompañan al gobierno pero se muestran críticas sobre algunas de sus políticas destinadas a los más pobres, ponen el ojo en la millonaria suma que se llevarán los bancos y los supermercados, en esta vinculación comercial con las Tarjetas Alimentar.

En total, el Estado destinará 250 mil millones para aumentar el monto de la Tarjeta, pero a diferencia de la AUH, “en este caso hay una comisión bancaria del 0.6, que son 1.500 millones y otra comisión del 0.9, que se llevan los comercios”.

“Hay un total de 3.700 millones de pesos de los pobres que se lo llevan aquellos que por un lado especulan con las finanzas y se apoderan de los comercios”, expresó Onorato.

Y, para remarcar de qué se trata la mirada que plantean Grabois y los suyos, puso en ejemplo lo que se podría haber hecho con ese dinero.

“Con esa inversión, con los precios actuales de la construcción, se sacó un estimativo de que se podría construir 260 mil viviendas por año y eso generaría una inversión de un millón de puestos de trabajos, calculando cinco trabajadores o trabajadoras por vivienda”, ejemplificó.

“Si vos invertís en trabajo y en bienes durables, además de generar trabajo, estás generando un ingreso a una familia y eso también resuelve el problema del hambre y la pobreza”, cerró el dirigente social.