Este domingo, el país se vio impactado por la muerte del expresidente Carlos Saúl Menem, quien fuera jefe de Estado durante dos mandatos (1989-1995 y 1995 y 1999). Una figura controversial que osciló entre el carisma que pocos dirigentes políticos lograron en el país, y las medidas neoliberales que hicieron desencadenar una crisis económica sin precedentes en la Argentina.
El ex mandatario estaba internado desde diciembre en el sanatorio Los Arcos, en el barrio porteño de Palermo, por una infección urinaria. Su salud se fue deteriorando, al punto de no poder participar de las sesiones del Senado de la Nación.
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El año pasado, Menem había tenido dos internaciones: una por una neumonía bilateral y otra por un cuadro de baja saturación en sangre. Finalmente, este domingo 14 se confirmó de su deceso.
El expresidente fue una figura clave en el regreso del peronismo al poder tras la vuelta de la democracia. Su arribo como un “caudillo” riojano, se dio luego del famoso “Pacto de Olivos” entre Menem y el expresidente Raúl Alfonsín. La crisis económica y política del país llevó a que se adelanten las elecciones y allí, el por entonces gobernador de La Rioja se hizo con la presidencia.
Durante sus gobiernos, se aplicaron medidas económicas de corte neoliberal, que desencadenaron en una serie de privatizaciones y dolarización de la economía. Tras varios años de cierta bonanza para la clase media y sobre todo para las clases altas, el país comenzó a vivir una profunda crisis que se trasladó en cientos de desempleados y el aumento de la pobreza.
Carlos Saúl Menem nació el 2 de julio de 1930 en la localidad de Anillaco, departamento Castro Barros, de la provincia de La Rioja. Sus padres fueron Saúl Menehem (1898-1975) y Mohibe Akil (1907-1977), de origen sirio que habían emigrado al país en la década de 1910.
Tras la legalización del peronismo luego de 18 años de proscripción por los sucesivos golpes de Estado, el dirigente logró consagrarse como gobernador de su provincia en 1973.
Al igual que gran parte de los gobernadores del peronismo, el expresidente y senador no pudo completar su mandato con el nuevo golpe de Estado de 1976. Menem fue detenido durante dos años y puesto bajo un régimen de domicilio forzoso en julio de 1978. Con la vuelta de la democracia, logró rehacerse en su provincia hasta 1989, cuando su figura ya se posicionaba como candidato a la presidencia.
Bajo una estrategia frentista que logró incorporar a varios sectores por fuera del peronismo, Menem captó una popularidad impresionante bajo unos llamativos slogan de campaña como “¡Se viene el salariazo!” o ¡¡Hagamos la Revolución Productiva!”. También fue muy conocida una de sus frases que pasaría a la historia: “Síganme, no los voy a defraudar”.
Durante su primer presidencia, el candidato que había cautivado por sus largas patillas, comenzó a aplicar medidas económicas que lejos estaban de parecerse a lo que había anunciado en su campaña. El gobierno adoptó parcialmente los principios del Consenso de Washington, para esto introdujo una serie de reformas liberales: se desreguló la economía, reduciendo cupos, aranceles y prohibiciones de importaciones, se estableció la libertad de precios y se produjo la privatización de numerosa empresas estatales.
Su mandato, además, estuvo marcado por una serie de polémicas relacionados a la justicia. La denominada “Corte automática” estaba integrada por Julio Nazareno, Adolfo Vázquez, Eduardo Moliné O’Connor, Guillermo López y Antonio Boggiano, quienes habían sido nombrados por Menem tras la ampliación de la Corte a nueve miembros. Desde entonces, la mayoría de las causas que apuntaban contra el gobierno menemista, como los sucesivos hechos de corrupción, eran desestimados.
Entre otro de los hechos destacados bajo su presidencia fue el atentado a la AMIA, ocurrido el 18 de julio de 1994, en donde murieron 85 personas. Hasta sus últimos días de vida, el expresidente estaba procesado por esta causa y otra relacionada a la venta de armas ilegales desde Argentina a Ecuador.
En relación a esta última causa, el expresidente estuvo apuntado durante varios años por la causa de la voladura de la base militar de Río Tercero, en donde un atentado mató a siete personas y produjo heridas a toda una ciudad. El 24 de este mes, se reactivará su juicio.
Pese a las polémicas denunciadas y vividas durante su gobierno, gran parte del arco peronista y otros sectores relacionados a la derecha política destacan a Menem como uno de los últimos “grandes líderes políticos” del país. Fue el presidente que más tiempo ocupó en el poder y hábil negociador político. “Se fue un animal político que siempre respetó los valores democráticos”, dijo al respecto, el presidente Alberto Fernández.
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