El macrismo tiene un dilema en Mar del Plata. Tras imponer un candidato foráneo, ahora debe asegurar el apoyo de un radicalismo herido pero con peso territorial para que Guillermo Montenegro sume los votos de su adversaria interna, Vilma Baragiola, y pueda alzarse con la intendencia tras los cuatro tumultuosos años de Carlos Arroyo al frente de la Comuna.
Más allá de reuniones protocolares y conversaciones sobre generalidades que se dan de forma aislada, Montenegro retrasa los gestos hacia un radicalismo que lo mira de reojo. Es que cuatro años atrás competía por la intendencia de San Isidro – fue vapuleado en la interna contra el histórico Gustavo Posse – y llegó en enero de 2018 con traje de candidato, cuando Baragiola se preparaba para ser la sucesora de Arroyo.
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Baragiola encabezó la lista de concejales de Cambiemos en 2017 y obtuvo un histórico triunfo por más de veinte puntos contra Unidad Ciudadana. Eso no fue suficiente para Macri y Vidal que “tenían la obsesión de un candidato propio”, según dijo a INFOCIELO una fuente del radicalismo marplatense.
Hacia el interior de la UCR hay “matices” con respecto a la postura que deben tomar de cara a la elección general en un distrito clave. Pese a no haber tomado aún una decisión partidaria, reconocen que “tenemos un compromiso” con el espacio político. “Lo que no tenemos claro es cuál va a ser la intensidad del acompañamiento”, expresó la misma fuente.
La dirigencia marplatense del centenario partido entiende que Vidal hizo “una buena gestión” para la ciudad pero que “se perdieron la oportunidad de hacer una buena campaña” debido a la imposición de un candidato que ensució el juego. Incluso, tuvieron que exigir que se garantice su boleta a nivel local. “Tuvimos que pedir que nos garanticen la boleta e igualdad de condiciones, sólo sucedió lo primero”, se quejaron y agregaron que “fue una campaña muy desigual”.
Junto a @miguelpichetto recibimos el apoyo de miles de personas de distintas organizaciones barriales, que saben que nuestra prioridad será generar más empleo en Mar del Plata y Batán. ¡El 27/10 tenemos que hacer historia! #MarDelPlata #JuntosPorElCambio pic.twitter.com/Ukt505HzKl
— Guillermo Montenegro (@gmontenegro_ok) 31 de agosto de 2019
En ese contexto, desde el radicalismo entienden que parte del voto que acompañó a Baragiola “no se va a quedar acá” y que podría incluso escapar hacia el ex intendente Gustavo Pulti, que juega con boleta corta, o hacia la candidata del Frente De Todos, Fernanda Raverta, que resultó la más votada.
Montenegro necesita al menos 26 mil de los 53 mil votos de Baragiola para empatar la performance de Raverta en las PASO, sin tener en cuenta que en plena crisis económica la candidata del peronismo tendería a crecer producto del voto castigo hacia el Gobierno.
El principal capital político de Montenegro para instalarse rápidamente como candidato e imponerse sobre Baragiola fue el explícito apoyo con el que contó desde Nación y Provincia. Con Macri y Vidal fuera de competencia, el candidato tendrá que preparar una campaña más local.
En el radicalismo, que recrimina por lo bajo la estrategia oficial de no respaldar a su candidata, explicaron que Montenegro tiene el desafío de “llegar a lugares donde no se llega con redes sociales sino caminando el territorio”. Para lograr esto es que esperan un gesto del PRO que tarda en llegar, mientras hacia el interior de la UCR debaten el nivel de acompañamiento con el que empujarán al ex candidato a intendente de San Isidro, esta vez en Mar del Plata.
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