Según informó el móvil de FM CIELO, los letrados, tanto los defensores de los sospechosos como los patrocinantes de la familia Píparo habrían anticipado que ‘el juez está dando los últimos retoques a la disposición que determina la prisión preventiva de los detenidos’.
Cabe recordar, que el fiscal Marcelo Romero acusó a esos detenidos de “asociación ilícita, robo doblemente calificado en concurso real con homicidio triplemente calificado por haber sido perpetrado con alevosía, con el concurso premeditado de dos o más personas y criminis causa en grado de tentativa en concurso ideal con homicidio triplemente calificado por haber sido perpetrado por alevosía, con el concurso premeditado de dos o más personas y criminis causa agravado“.
Para el fiscal, Carlos Jordán Juárez, es “el jefe de la organización delictiva” ya que organizó “la logística para perpetrarlo, proveyendo vehículos, comunicaciones y recurso humano, monitoreó la marcación desplegada por (Miguel Ángel) Silva en forma personal y telefónicamente“.
Además, le imputó haber ordenado “los desplazamientos del resto de las células” y sostuvo que “impartió la orden de ejecución de la emboscada fatal, organizó la huída de todos y proveyó medios para que se profugaran (…) con la promesa de gestionar en forma espúrea e ilegal ‘arreglos’ policiales y/o judiciales, como el intento de ocultar bajo el telón de una compraventa el vehículo Ford Eco Sport utilizado como apoyatura del equipo ejecutor“.
Por otro lado, el fiscal consideró a Burgos como “autor material del ilícito” contra Píparo e Isidro Buzali, y a Luciano López y Calvimonte como coautores de ese hecho.
En tanto, Silva fue quien, para el fiscal, se encargó de corroborar que la víctima efectivamente extrajo del banco el dinero que luego le robaron.
Claramonte también tuvo “un rol esencial” al encargarse de “garantizar la impunidad de los autores materiales y miembros de la banda“, indicaba Romero.
Mientras que Moreno fue imputado como partícipe necesario del ilícito “al prestar ayuda indispensable e imprescindible, sin la cual el crimen no hubiera sido perpetrado según el plan urdido, asegurando el ocultamiento de las armas“.