La cadena agroindustrial argentina fue una de las grandes ausentes en el paquete de medidas anunciadas por el presidente Mauricio Macri, que apunta a trabajadores y pymes. En el vendaval ocasionado por la fuerte devaluación del peso frente al dólar tras las elecciones PASO que ratificaron al candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, el campo vive un frenético minuto a minuto.
Uno de los impactos de esta situación empezó a materializarse en el Mercado de Liniers. En las ruedas comerciales de esta semana, los renglones de consumo como novillito, novillo y vaquillonas están rompiendo récords, mientras que la vaca –muy solicitada por los frigoríficos a causa de la demanda china- fue la categoría que más incrementó su valor. Desde el pasado viernes hasta hoy creció un 12%.
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Esta situación tendrá su correlato en las carnicerías, que deberán trasladar este incremento al precio de venta al público. El aumento de la hacienda en Liniers llega en el peor momento posible, con un consumo de carne bovina que viene en franco retroceso, de la mano de un poder adquisitivo del salario totalmente erosionado. En este punto, las carnicerías se deslizan sobre una frágil capa de hielo y el interrogante es que porcentaje de esta suba podrán absorber.
El otro tema que preocupa al sector es el rumor sobre un posible “retoque” en los derechos de exportación. En la actualidad, se pagan entre 3 y 4 pesos por dólar exportado y según distintos trascendidos, el Gobierno evalúa llevarlo a 6 pesos. Al momento de redactar estas líneas, el ministro de Agricultura Luis Miguel negó, a través de su cuenta de Twitter, está posibilidad, mientras que en declaraciones radiales, el ministro de Producción Dante Sica también ratificó que no se tocarán las retenciones.
Desde las entidades gremiales del campo se pronunciaron en relación a este tema. Carlos Achetoni, presidente de Federación Agraria Argentina (FAA) fue categórico al ser consultado sobre estos trascendidos. “Esperamos que los rumores sean falsos, porque esto sería un desatino que implicaría que se estaría jugando con la gente”, sostuvo.
Para el directivo, “los pequeños y medianos productores ya no tenemos espalda para seguir aguantando la presión impositiva y fiscal, todo esto nos pone al límite y hace peligrar nuestra continuidad como productores”.
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