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El Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, visitó hoy la Casa Rosada y mantuvo una reunión del más alto nivel, de casi tres horas, con el presidente Alberto Fernández. También participaron del encuentro el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro.

Más allá de los problemas económicos que atraviesa la gestión de Kicillof –en el medio las paritarias de docentes y estatales-, el encuentro tuvo objetivo generar una foto de paz luego de que Sergio Berni, el Ministro de Seguridad bonaerense, haya arremetido contra su par nacional, Sabina Frederic. 

Como solución a ese conflicto, se acordó que Kicillof reciba esta tarde a Frederic en La Plata pero en compañía de Berni. La convocatoria fue confirmada a INFOCIELO por fuentes oficiales.

Fue una carta de Berni a Frederic la que provocó el entredicho. “La presencia de las fuerzas federales en esta jurisdicción sin una conducción clara no sólo resulta estéril, sino que agrava y complejiza la operatividad diaria de los elementos policiales provinciales, poniendo en situación de detrimento a la Provincia que concentra más del 40% de la población del país”, le había escrito Berni a Frederic, entre otros concepto de mismo estilo.

Las críticas de Berni, públicas y de tono elevado, generaron ayer versiones de todo tipo, hasta se llegó a especular con la salida del funcionario. “Berni no renunció ni va a renunciar”, dijeron desde Calle 6 ante la consulta de este portal. “Esta firme”, señalaron desde el entorno del funcionario.

La visita de Kicillof a Balcarce 50 se gestó anoche de manera telefónica entre el Gobernador y el Jefe de Estado. En paralelo, Fernández confirmaba, pese a los cuestionamientos de Berni, que las fuerzas federales se quedaban en el Conurbano. 

La sola idea de la salida de los efectivos ya había puesto nerviosos a los intendentes, muchos de ellos también del peronismo. Son unos 7 mil efectivos de Gendarmería, Prefectura, la Federal, y Policía Aeroportuaria los que cumplen funciones de patrullaje y control en las zonas más calientes. 

Berni llegó con el respaldo de Cristina Kirchner para hacerse cargo de un área que no podía esperar por una transición. Pero la intensidad que le imprime Berni a su función abre un interrogante permanente sobre su continuidad.