Narcizo González Padilla, el repartidor de agua de 58 años que fue baleado este lunes en el barrio platense de Ringuelet por un delincuente que intentó robarle la recaudación, debió ser intervenido nuevamente y debieron amputarle un brazo, informaron fuentes policiales.
El trabajador continúa en grave estado ya que el proyectil que le ingresó por debajo del hombro izquierdo provocó severos daños.
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Como se recordará, Narcizo fue reducido cuando distribuía bidones de agua en la calle 519 entre 3 y 3 bis.
En ese momento González Padilla fue sorprendido por un desconocido de unos 30 años que extrajo un arma de fuego y lo amenazó para que le entregara el dinero de la recaudación.
Pero el repartidor se resistió y comenzó a forcejear con el asaltante, quien primero le pegó un cachetazo y luego efectuó un disparo que le impactó en el pecho, por debajo del hombro izquierdo, dijeron los informantes.
Luego del disparo, el delincuente escapó corriendo por la calle 3 bis, mientras que el repartidor fue trasladado por un vecino al Hospital Gutiérrez.
En el caso tomó intervención personal de la comisaría Sexta. Los detectives analizan las cámaras de seguridad de la zona y establecieron contactos con vecinos. Poco después detuvieron a un sospechoso en la rotonda de 32 y 120. Se trata de un hombre de 33 años que se movilizaba en un Renault Clío y quien vendría de cometer un raid delictivo.
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