Sobre el cierre de la jornada de domingo, la actual comisión directiva de Gimnasia comunicó de manera formal que no será parte del acto eleccionario próximo. De esta manera, Mariano Cowen y quienes lo acompañaron estos años dejarán al Lobo tras una gestión con prácticamente nulos aciertos en materia futbolística. Que el equipo esté peleando la permenancia, una vez más, el claro ejemplo de ello.
Sin embargo, para encontrar las razones de un presente preocupante, bien se puede hacer foco en lo que han sido las decisiones por parte de la CD en materia entrenadores. Allí han pasado cinco, todos ellos con porcentajes de eficacia muy por debajo de los deseados. Todo empezó con Sebastián Romero, para luego continuar con Leonardo Madelón, Marcelo Méndez, Diego Flores y Alejandro Orfila, para desencadenar en un nuevo interinato de Fernando Zaniratto.

En total dirigieron 121 partidos entre los cinco, con solamente 36 victorias, 30 empates y la alarmanta suma de 55 caídas. Un saldo de 138 puntos obtenidos de los 363 disponibles. La magra suma del 38% de los mismos. Eso sumado también a los 146 goles recibidos, es decir más de uno por encuentro, y apenas 101 convertidos, menos de uno por cruce. Lapidario.
Lógicamente, todos los ciclos terminaron siendo interrumpidos por los malos resultados. Chirola Romero se fue tras 37 encuentros, en los que obtuvo apenas 31,5% de las unidades en juego. Su punto más alto, sin embargo, fue aquel triunfo por 2-1 en el Clásico Platense en el Bosque, en medio de una temporada en la que también se jugó Copa Sudamericana.
Tras su salida, y con chances concretas de perder la categoría, la comisión fue por Madelón. El equipo levantó, pero igualmente terminó peleando mano a mano con Colón por el último lugar en Primera. Aquel desempate en cancha de Newell´s, donde el Lobo se impuso 1-0 con gol de Colazo, se revaloriza día a día. El santafesino obtuvo el 45,7% de los puntos. El mejor de la gestión.

Ya sin Madelón, la apuesta fuerte de Cowen y compañía resultó el uruguayo Méndez. Se hizo cargo del grupo en mayo del 2024 y en ese primer momento el Lobo mostró algo distinto. Se mantuvo durante todo ese año, pero con un rendimiento que fue claramente de mayor a menor. Se fue tras 32 partidos, con un eficacia de 40,6% y cuestionado por refuerzos que nunca estuvieron a la altura.
Con el equipo otra vez en problemas y el Torneo Apertura 2025 iniciado, Flores tomó el mando tras el primer interinato de Fernando Zaniratto. Cuestionado incluso antes de su llegada, se mantuvo al frente de Gimnasia apenas 13 encuentros. Saldo de 35,9% y una eliminación por Copa Argentina difícil de olvidar frente a Central Córdoba de Rosario.
Por último, la CD puso los ojos en Orfila. A diferencia de Flores, el uruguayo tuvo una pretemporada al frente del Mens Sana para así preparar el actual Torneo Clausura.Y pese a que la preparación fue buen en cuanto a resultados, al momento de los porotos la cosa no se repitió. Dirigió sólo 12 partidos, con una eficacia del 36,1%, para dejar a Gimnasia nuevamente al borde del precipicio y con Zaniratto como piloto de tormenta.


