Gimnasia y Estudiantes son los dos clubes más grandes de la Ciudad de La Plata y, como tal, representan una rivalidad histórica, que nunca debería traspasar el verde césped. Sin embargo, a lo largo de los años siempre ha habido episodios ajenos al deporte propiamente dicho, los cuales han finalizado con hinchas detenidos de ambas parcialidades.
Ante esto, con el Pincha a horas de jugar un partido trascendental frente a Corinthians por la revancha de los cuartos de final de la Copa Sudamericana, un grupo de simpatizantes Triperos vandalizó un mural ubicado en las adyacencias del estadio Jorge Luis Hirschi.
Según se pudo averiguar, entre 10 y 20 fanáticos del Lobo fueron los encargados de prender fuego varias de las paredes que contaban con inscripciones Albirrojas y con retratos de ídolos de la institución, razón por la cual no menos de cuatro de los protagonistas del hecho fueron aprehendidos horas después.
Como contrapartida, varios autos estacionados en la sede Albiazul de 4 y 51 aparecieron con las gomas pinchadas, lo que podría entenderse como una consecuencia de lo que se vivió cerca de 1 y 57.
Lo concreto es que nuevamente Gimnasia y Estudiantes son noticia pero no por lo sucedido en cualquiera de los varios deportes que se practican en cada unos de los clubes. Otra vez los hinchas, que muchas veces pretenden estar por encima de las instituciones, dieron la nota negativa de la jornada.
Una historia de nunca acabar, la cual escribió un nuevo episodio, sin víctimas fatales que lamentar (afortunadamente). El folklore mal entendido, con vandalizaciones y con reprimendas para personas que muy probablemente no tenían nada que ver con lo que inició todo. Violentos que buscan dejar su sello y que lo único que hacen es reproducir conductas que la sociedad pretende erradicar desde hace tiempo.