¿Cómo lo hace? Lionel Andrés Messi no le pega fuerte, la pelota hasta parece ir a una velocidad normal. Nada de remates a match 3. Sin embargo, cada vez que la Pulga tiene un tiro libre a favor, el arquero termina pidiendo turno en el psicólogo. Lo demostró ante Porto: un remate perfecto acercó a su Inter Miami a la clasificación a octavos de final del Mundial de Clubes.
Pues bien: el secreto de su éxito no sólo está en su empeine izquierdo, en la zona de cordones, en el “hueso” con el que indican los manuales que hay que chutar. Diego Maradona, en su etapa como deté de Gimnasia, reveló cómo ayudó a Leo a lograr que sus pelotas paradas fueran invencibles.
“El tema eran los tiros libres. En Sudáfrica 2010 nos quedábamos practicando cuando terminaban los entrenamientos, y me preguntó cómo hacía yo para pegarle con todo el pie. Le dije: ‘Mirá, es simple. Le pegás en el medio’”. Claro que un Messi de 22 abriles, aunque ya atrevido, le retrucó. “¡Pero le pego en el medio y se me va cerca!”. Una inconveniente sensación de impotencia que Diego alivió con un “Ya se te va a dar”.
“¡Ahora las cuelga a todas!”, se reía Maradona en el contexto de una conferencia de prensa brindada en septiembre de 2019. Aunque la anécdota, por caso, la completó Fernando Signorini: el histórico profe del Diez -quien acompañó a Diego Armando en su ciclo con la Mayor entre 2009 y 2010- reveló en el libro Esto (también) es fútbol (de Javier Tabárez y Eduardo Bolaños) cómo fue el primer tutorial de DAM con Messi.
“En febrero de 2009, a pocos meses de haber asumido Diego como técnico de la Selección, fuimos a Francia a disputar un amistoso en Marsella. El día anterior al partido hicimos una práctica en el estadio, donde Diego trabajó con los once titulares en el táctico final y yo me quedé con el resto haciendo un loco hasta terminar el entrenamiento. Cuando dio la orden de terminar, Mascherano, Tévez y Messi le pidieron si podían quedarse haciendo tiros al arco, a lo que Maradona accedió”, arranca la anécdota del profe.
El consejo de Maradona en la boca de Signorini
Signorini recordó que “en un momento, Lionel puso la pelota mirando hacia el arco, un poco sobre la izquierda y cuando le pegó, su remate se fue lejos, por arriba del ángulo de la mano derecha de Carrizo. Hizo un gesto de fastidio y, como enfiló para el vestuario”. Y que entonces, le salió al cruce: “‘Decime una cosa, ¿un jugador como vos se va a ir a duchar con esa porquería? Dejate de hinchar las bolas. Agarrá una pelota y volvé a intentar’. Termino de pronunciar eso y veo que viene Diego, que había escuchado todo, como siempre. Lo tomó del hombro y le dijo: ‘Leíto, Leíto, vení, papá. Vamos a hacerlo de vuelta’”.
Lo siguiente, un momento histórico que Signorini recuerda como ver a “un profesor con un alumno”. ¿Qué hizo Maradona? Le dijo. En palabras de Signorini, Diego aconsejó: “‘Poné la pelota acá y escuchame bien: no le saques tan rápido el pie a la pelota, porque si no ella no sabe lo que vos querés’. Entonces, la acarició con la zurda y la clavó en el ángulo, inflando la red ante la mirada de admiración de Messi. Para los que hablan de los celos de Diego, ¿qué celos? Le estaba abriendo el mundo del conocimiento y no le cobró nada”.
Los números que avalan la técnica de Diego
Evidentemente, los consejos de Maradona surtieron efecto. Alcanza con revisar las estadísticas para comprobarlo: hasta que Diego y Messi se cruzaron, Leo llevaba sólo tres goles de tiro libre. Habían sido ante Atlético Madrid (6-1, en octubre de 2008), Dinamo de Kiev (2-1, el 9 de diciembre de 2009 por la Champions) y Almería (el 6 de marzo de 2010, 2-2 por la Liga). Lo que vino después, épica.
Messi está a apenas diez gritos de igualar al goleador histórico de tiro libre, Marcelinho Carioca (78). Y todavía tiene hilo en ese carretel mágico que Diego instruyó. Una zurda que sigue generando karmas.